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el panegírico de la Virgen, ya que no celebrar el
pontifical. Pero recibió la segunda negativa.
Ciertamente Monseñor no estaba dispuesto a
deponer las armas contra los Salesianos. Al día
siguiente, pidióle don Juan Bautista Francesia,
director del Colegio de Valsálice, que, cuando
pluguiere, fuera a administrar la Confirmación a
los alumnos internos. Respondió que no, y que
jamás iría a ninguna casa salesiana, porque los
Salesianos eran sus adversarios. Sin embargo, el
mismo don Juan Bautista Francesia le daba, dos
semanas más tarde, una magnífica prueba de
sumisión. Hacía doce años que gozaba de licencias
para confesar, y se le comunicó que debía
presentarse a rendir examen de ((**It15.167**))
teología moral. Don Juan Bautista Francesia, para
evitar cualquier malentendido, como si no
estuviera en regla para confesar, se limitó a
explicarle con una carta muy respetuosa que sus
licencias se ajustaban perfectamente a las normas
oficiales 1; pero después obedeció, se presentó a
los examinadores designados, quienes al verlo
quedaron sorprendidos y molestos; y, naturalmente,
recibió plena autorización.
Debemos añadir que, junto con la negativa de ir
a Valsálice, monseñor Gastaldi hizo una reprensión
por haber impreso en la tipografía de
Sampierdarena un fascículo para las Lecturas
Católicas sobre el Socialismo, original del conde
Emiliano Avogadro de la Motta con un apéndice, del
mismo autor, contra las doctrinas y principios de
Rosmini.
Durante estos últimos incidentes, don Bosco se
encontraba ya en Turín, a donde había llegado al
atardecer del día 16. Tras una ausencia de cuatro
meses, se le quería hacer una solemne recepción;
pero él adelantó su llegada una hora y entró en el
Oratorio, mientras todos estaban en la iglesia,
haciendo la función de la novena. Faltaba poco
para la bendición y, cuando se enteró, quiso
impartirla él mismo. No es para dicha la alegría
que llenó los corazones de todos, al verle salir
de la sacristía revestido con los ornamentos
sagrados y dirigirse al altar. El resto de la
tarde se pasó entre cantos de alegría, júbilo,
aplausos y concierto por la banda de música.
A la mañana siguiente, enviaba una circular a
los Cooperadores y Cooperadoras de Turín,
invitándolos, por separado, a una conferencia en
la iglesia interna de San Francisco de Sales los
días 19 y 23. <(**Es15.153**))
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