((**Es15.143**)María,
le recompense la caridad que me ha hecho para la
iglesia y el colegio de los Llanos de Vallecrosia
y rece por mí, siempre suyo en J. C.
Roma, Porta S. Lorenzo, 42
26 de abril de 1881.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
No cabe la menor duda de que Dios escuchó <> su oración. En efecto, tres años
más tarde, el abogado Ascheri, cuñado de la
señora, se encontró en el tren con don Francisco
Cerruti, a quien no reconoció, y se puso a hablar
((**It15.155**)) de don
Bosco y de lo que había visto con sus propios ojos
en Porto Maurizio; y, como era buen conversador,
encantó con su charla a los viajeros que le
escucharon con mucho interés. Además, seis años
después de obtenida la gracia, el mismo don
Francisco Cerruti volvió a ver en el colegio de
Alassio a la señora agraciada, que acudía allí
para ver a don Bosco y entregar su limosna como
cooperadora.
Como estaba todavía pendiente en el Consejo de
Estado la cuestión del bachillerato del Oratorio
-tal y como ya se narró en el volumen anterior-,
don Bosco intentó ver de nuevo al Ministro de
Instrucción Pública, en el que el ultraliberal
Guido Baccelli había sucedido a Francisco de
Sanctis, desde el 2 de enero.
Por la tercera carta, dirigida al conde Tomasi,
tenemos ya un indicio de las muchísimas antesalas
que en Roma tuvo que hacer, y de las cuales ni
siquiera ha quedado un recuerdo. Sin duda le
tocaría dar muchos pasos inútilmente para
conseguir los privilegios. De otras gestiones sólo
nos queda la nimiedad de una solicitud para
alcanzar una condecoración de la Orden de San
Mauricio para el señor José Repetto de Lavagna
Lígure, que había hecho realizar a sus expensas
construcciones importantes en el colegio de San
Juan Evangelista de Turín 1. Esta es la carta al
conde Tomasi, funcionario en el Ministerio de
Instrucción Pública:
Muy amable señor Conde Tomasi:
Agradezco de corazón la amabilidad de V. S. por
las dos cartitas que ha tenido a bien dirigirme,
respecto de la audiencia con el señor Ministro
Baccelli. He acudido precisamente a la hora
señalada, y esperé desde las once de la mañana
hasta la una y cuarto de la tarde. Entonces se me
dijo que volviera al día siguiente, a la una de la
1 Véase Apénd. Doc. núm. 8.
(**Es15.143**))
<Anterior: 15. 142><Siguiente: 15. 144>