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padre acoge a un hijo querido; y ahora que el Papa
necesita de don Bosco, don Bosco no se deja ver>>.
Al proferir estas palabras el Siervo de Dios
tenía los ojos cubiertos de lágrimas y no añadió
más 1.
((**It15.139**)) Cuando
el Siervo de Dios llegó de San Remo a Alassio,
encontró al Director sumamente afligido por un
caso recientemente ocurrido.
Desde el curso 1878-1879 iba diariamente el
salesiano don Mateo Torrazza con otro maestro a
dar clase en las escuelas del municipio de
Laigueglia; allí comían y volvían a casa al
anochecer. A primeros de abril se armó la de san
Quintín en Laigueglia contra aquel maestro, y he
aquí que el Secolo de Milán, periódico
anticlerical, publicó un telegrama de Alassio,
diciendo que un sacerdote salesiano, perteneciente
al colegio salesiano de aquella ciudad, había
ultrajado torpemente a los niños de las escuelas
municipales de Laigueglia, donde actuaba como
maestro. Al primer telegrama siguió otro,
confirmando el anterior y recargando la dosis,
dando a entender que don Bosco se había trasladado
a Alassio para acallar la cuestión y remediar el
mal haciendo que los padres de los alumnos no
retiraran indignados sus hijos del Colegio.
El Osservatore Cattolico de Milán 2, buscó
informaciones y replicó después al colega de la
otra orilla, refiriendo voces malignas esparcidas
por aquel rincón de Liguria hasta contra don
Bosco. Don Francisco Cerruti telegrafió a la hoja
difamatoria diciendo que el colegio de Alassio era
totalmente ajeno a los hechos inmorales de
Laigueglia; que era falso que el acusado fuera
sacerdote salesiano; y falso que los padres
quisieran retirar a los alumnos. Obligado por la
ley, el periódico de la secta tuvo que publicar el
telegrama, y no volvió a menear el delicado
asunto.
Para distraer a don Francisco Cerruti de la
dolorosa impresión que todo aquello le había
producido, el Beato lo llevó consigo a Porto
Maurizio, donde esperaba obtener una buena
colecta.
((**It15.140**)) Se
hospedaron en casa del canónigo Fabre, amigo suyo,
donde
1 Cartas de don Pedro Giordano, Alassio, 30 de
noviembre y 4 de diciembre de 1932. Este año,
1932, en un número único que publicaron los
Conceptinos o Concepcionistas, para conmemorar el
aniversario de su fundación, el padre Spreáfico,
barnabita, historiador del Instituto, aseguraba
que don Bosco quiso inmiscuirse en asuntos de los
Conceptinos, para renovar sus reglas y que, por
ello, el Papa Pío IX no lo quiso recibir más. Los
documentos que hemos publicado en los volúmenes
XII y XIII, demuestran que don Bosco fue encargado
expresamente por Pío IX para reformar aquella
Congregación. En cuanto a la otra afirmación, el
testimonio de don Pedro Giordano viene a valorar
cuanto hemos dicho en otro lugar sobre la razón de
los obstáculos que se pusieron de por medio para
impedirle que llegara al Papa.
2 N.° 88, sab.-dom. 16-17 de abril de 1881.
(**Es15.130**))
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