((**Es15.108**)
pequeños regalos, que sabía les serían agradables.
Le servían para obsequiar a determinadas personas
botellas de vino de calidad o de exquisitos
licores, que le ofrecían las familias nobles o
ricas de Turín. Así mandaba de vez en cuando al
Conde botellas de buen vermut. A la primera carta
de agradecimiento que recibió, respondióle don
Bosco el 30 de agosto de 1881:
<>.
Y, después de otro envío, le escribía el 4 de
diciembre de 1883:
<>.
Y repite, por tercera vez, el 18 de enero de
1885:
<>Le queda todavía vermut? Ya sabe que
yo soy su proveedor>>.
Pero el modo habitual para saldar sus deudas de
agradecimiento se lo proporcionaba su espíritu de
viva fe. No hay una carta en la que no haga
referencia a las oraciones hechas, o que hará, por
sus dos bienhechores; en las ocasiones más
solemnes, las expresiones suelen ser mayores y más
ardorosas. Ya hemos visto algunos ejemplos; vamos
a seleccionar todavía algunos más entre los más
significativos.
((**It15.114**)) Con
motivo de la fiesta de la Asunción, escribe a los
Condes el 10 de agosto de 1885:
<>.
Y, por la Natividad de María, el 8 de
septiembre de 1886, comenzaba así su carta:
<(**Es15.108**))
<Anterior: 15. 107><Siguiente: 15. 109>