((**Es14.91**)
-íSe la hemos jugado al Delegado!
Jactancia de pequeña monta, que el celoso
individuo se apresuró a contar, haciendo enfurecer
al arisco funcionario.
Consignada en las actas la relación del
Delegado, el Consejo escolástico deliberó proponer
al Ministerio el cierre del Bachillerato del
Oratorio de San Francisco de Sales. Don Bosco,
seguro ya de que en Roma no había la más mínima
ojeriza contra sus escuelas, tomó el partido de
Fabio Máximo: a saber, mantener viva la cuestión,
dando largas al asunto. De esta manera, se llegaba
hasta el fin del año escolar, se cerraban, si lo
pedía el caso, las escuelas, y después se
recurriría a otros expedientes para el curso
siguiente.
No pasaremos por alto que, durante aquellos
amagos de borrasca, se levantó en Turín alguna voz
honrada en defensa de don Bosco, aun desde el
campo liberal. El abogado Giustina, que firmaba en
los diarios con el seudónimo ((**It14.97**)) de
Ausonio Líberi, director de la Cronaca dei
Tribunali 1 publicó un artículo titulado <>, vibrante de admiración
hacia don Bosco. Le llamaba <>,
honra de la ciudad de Turín, ante el cual él se
inclinaba respetando en su persona <>; y, apelando a los
periodistas, añadía: <>. íOjalá se hubiese mostrado siempre tan
ecuánime este señor Giustina!
Y precisamente cuando más le angustiaban estas
preocupaciones, que se habían sumado a otras, las
cuales tanto que hacer le daban en Roma, él decía
tranquilamente a los suyos que también esto se
arreglaría de algún modo.
<<íCalma propia de los Santos!>>, comentaba don
Juan Bonetti, escribiendo acerca de esto, a Turín
2.
1 Revista forense de Turín, año II, núm. 10 (8
de marzo de 1879).
2 Carta a don Miguel Rúa, Roma, 10 de marzo de
1879.(**Es14.91**))
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