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autoridad. Este favor se refiere al Instituto,
conocido con el nombre de Oratorio de San
Francisco de Sales, establecido en Turín. En él
hay recogidos algunos centenares de muchachos
pobres, enviados por las diversas autoridades del
Estado, los cuales, mediante el aprendizaje de un
arte u oficio o de las disciplinas literarias, se
preparan para poder ganarse en su día el pan de la
vida. Esta institución no tiene renta fija alguna
y se sostiene sólo de la Providencia. Por este
motivo, la autoridad escolástica nos trató siempre
con benevolencia y, considerando estas escuelas
como de enseñanza paternal y caritativa, como de
hecho lo son, no puso nunca dificultades con
relación a los títulos legales de los profesores;
pero, ahora, el Real Delegado Provincial de
Enseñanza me ha avisado que quiere que todos los
profesores estén provistos de los respectivos
titulos legales.
Esto sería un verdadero desastre para estos
pobrecitos, pues un crecido número de ellos, de
inteligencia despejada, se encontraría en la
imposibilidad de alcanzar un puesto distinguido en
el comercio, en el ejército, o en la enseñanza.
En tan grave necesidad, recurro suplicante a V.
E. para que, a título de gracia, conceda que los
actuales Profesores, reconocidos idóneos gracias a
sus muchos años de enseñanza, sean autorizados, al
menos por un trienio, a continuar su gratuito
servicio en la respectiva clase. En este lapso de
tiempo los mismos profesores alcanzarán la edad
necesaria para los exámenes públicos y podrán
proveerse del prescrito diploma de habilitación.
En nombre de los pobres jóvenes de este
Instituto, pido este señalado favor, mientras
ruego a Dios conceda días felices a V. E.
Con profunda gratitud tengo el alto honor de
profesarme de V. E.
Turín, 1.§ de noviembre de 1878
JUAN BOSCO, Pbro.
Un autógrafo de don Bosco, cuya copia, escrita
y firmada por don Celestino Durando, fue unida a
la súplica, contiene esta declaración: <((**It14.89**)) de
estudios del Centro, llamado Oratorio de San
Francisco de Sales, declara, de buen grado y con
pleno conocimiento de causa, que los señores
profesores (siguen los nombres y las clases) han
prestado enseñanza en las respectivas clases con
celo y con notable aprovechamiento del alumnado a
ellos confiado, dando pruebas positivas y
capacidad y aptitud en los diversos ramos de la
enseñanza. Y, atendida su abnegación al enseñar
gratuitamente a los niños pobres de este
instituto, une esta súplica a S. E. el señor
Ministro de Instrucción Pública, para que, a
título de favor, se digne autorizarlos para seguir
en la respectiva clase la enseñanza que vienen
prestando desde hace años, etc. C. DURANDO>>.
Para no dejar nada sin intentar de cuanto
pareciese útil para conjurar el peligro, recurrió
también a los buenos oficios de su amigo
israelita, el comendador Malvano, secretario
general en el Ministerio de Asuntos
Exteriores:(**Es14.84**))
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