((**Es14.78**)
Esta casa, habitada por don Bosco 1, ha sido
demolida recientemente. Se levantaba exactamente
frente al monasterio de las Oblatas, cerca de la
cuesta del Capitolio y algo más acá del punto
donde asoma la prominencia de la roca Tarpeya. Don
Juan Bonetti escribe el 10 de marzo.
<>. Por
último don Joaquín Berto el día 24:
<((**It14.82**)) a los
muchachos>>.
Estas condiciones de su vista afligían a sus
amigos. El Osservatore Romano del 18 de marzo
traducía un largo artículo de la Semaine
Liturgique sobre don Bosco, en el que se leían
estas palabras:
<>-Me doy cuenta de que no tardaré mucho en ser
llamado a presentar mis cuentas al Señor: querría
dar la última mano a la Congregación Salesiana.
>>Y, entre tanto, trabaja con el mismo tesón de
hace veinte años>>.
Si no era absolutamente necesario, parecía al
menos oportuno que don Bosco hiciese una visita a
Magliano. Algunas desavenencias, nacidas de malos
entendidos sobre el colegio, habían proporcionado
disgustos a don José Daghero. Este fue a Roma; y
fueron también los tres diputados del seminario.
Una conferencia con el cardenal Bilio, en la que
tomó parte don Bosco, deshizo las nubes; la
presencia del Beato en el lugar mismo del litigio
lo resolvería todo. Salió con don Juan Bonetti y
don Joaquín Berto, después del mediodía del 26, y
llegó allá a la una de la noche. En la estación de
Borghetto lo esperaban los clérigos del seminario
y los alumnos internos del colegio, unos cuarenta
entre todos. Encontróse también allí con don Pedro
Guidazio, llegado expresamente de Montefiascone.
Después de dedicar un
1 Véase Vol. XIII, pág. 399.(**Es14.78**))
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