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sí la protección de la Sociedad, necesitada de
particular y paternal asistencia en sus comienzos;
ahora, en cambio, se tenía el Protector verdadero
y propio, al igual de las demás congregaciones
religiosas. La elección no podía recaer en Prelado
más benévolo, pues había conocido a don Bosco
antes de ser cardenal y le tenía muchísima
consideración y sincero afecto. Habiéndole pedido
don Bosco que tuviese a bien ser el Protector de
los Salesianos, se había mostrado muy dispuesto a
ello, diciendo:
-Yo no podría ofrecerme para ello al Padre
Santo, pero si él me lo dice, acepto en seguida.
Dio prueba evidente de su buena voluntad,
cuando el Beato le propuso que, puesto que Su
Eminencia tenía tanto quehacer, le asignase una
persona con quien tratar el asunto de las
misiones. Contestó el Cardenal:
-No, no; quiero que lo tratemos nosotros
directamente; venga mañana, a las cuatro y media,
y hablaremos más tranquilamente. Resulta un
milagro ver prosperar una Congregación en unos
tiempos en los que otras se arruinan y cuando se
querría destruirlo todo.
El Beato experimentó a menudo cuán provechosa
le resultaba una protección tan afectuosa 1. De
regreso a Turín, comunicó al Capítulo ((**It14.80**))
Superior la designación pontificia del Protector,
y envió al Cardenal, en nombre de toda la
Congregación, una carta de agradecimiento, por
haberse dignado aceptar tal cargo de cordialísimo
homenaje y de súplica para las misiones, y tal vez
también para los privilegios; pues todo ello puede
deducirse de la siguiente respuesta de Su
Eminencia:
Ilmo. y Rvmo. Señor:
Sobremanera agradables resultan a mi corazón
las corteses manifestaciones con las que, en
nombre de su Congregación, expresa sentimientos de
tanta bondad y confianza conmigo. Y me colma de
alegría el interés que tienen de alcanzarme de
Dios continuamente con sus oraciones las luces y
ayudas, que necesito en mis graves
1 El cardenal Lorenzo Nina nació en Recanati el
12 de mayo de 1812 y murió en Roma el 27 de julio
de 1885. Hijo de un notario, estudió en Roma,
donde fue ordenado en 1845 y ejerció muchos años
de abogado procurador; después fue secretario
suplente en la Congregación del Concilio, decano
del capítulo de Santa María la Mayor y canónigo de
San Pedro. Pío IX le nombró Asesor del Santo
Oficio y Prefecto de estudios en el liceo de San
Apolinar. En 1869 fue miembro de la Comisión
preparatoria del Concilio Vaticano y el 12 de
marzo de 1877 fue elevado a la dignidad
cardenalicia y nombrado Prefecto de la
administración de Propaganda y del óbolo de San
Pedro. A la muerte del cardenal Franchi (la noche
del 1.§ de agosto de 1878), León XIII le nombró
Secretario de Estado. En 1880 fue substituido por
el cardenal Jacobini, asumiendo únicamente la
Prefectura de los Palacios Apostólicos.(**Es14.76**))
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