((**Es14.704**)
sus obras de caridad pública, sería también para
mí en este momento una importante ayuda y un
aliento para perseverar en esta obra de pública
beneficencia, y también para acoger con singular
agrado a los pobres muchachos que V. E., en su
conocida bondad, quisiera enviar a esta casa.
Dios bendiga a Su Majestad, a Vuestra
Excelencia y a todos los que, de cualquier manera,
se preocupan por el bien de la juventud.
Permita, en fin, que, con la más sentida y
duradera gratitud, tenga el alto honor de poderme
profesar de V. E.
(Sin fecha)
Su
atento, humilde y s. s.
JUAN
BOSCO, Pbro.
III
Seis cartas a la condesa Barb_
Los originales de estas seis cartas se
conservan en Milán, en el archivo del conde Muzio,
Luis Albertoni, hijo de la condesa Sofía
Albertoni, por nacimiento condesa Barb_, hija de
la condesa Luisa Barb_, a la que van dirigidas las
cartas.
A
Apreciadísima Señora:
La divina providencia nos envía rosas y espinas
en la vida presente y
nosotros hemos de recibir, como de las manos de un
padre piadoso, lo que él envía. Pero un gran
pensamiento debe consolarnos: tanto más
halagadoras, hermosas y olorosas serán las rosas
de gloria en la eternidad. A pesar de todo,
pidamos y esperemos.
Fijemos algún remedio espiritual: durante todo
el mes de junio recemos cada día tres
padrenuestros, avemarías y glorias al Sagrado
Corazón de Jesús y en honor del Santísimo
Sacramento; tres salves a María Santísima con la
jaculatoria María Auxilium Christianorum, ora pro
nobis.
Yo daré cada día en la santa misa la bendición
a la enferma, mis pobres muchachos harán cada día
oraciones especiales y la santa comunión. Tengamos
fe: Dios nos escuchará, a menos que, en su
infinita sabiduría, prevea que es para su mayor
gloria y se trueque lo que pedimos para el cuerpo
en algo ventajoso para el alma.
V. S. dice que está dispuesta a hacer en mi
favor todo lo que yo le diga. ((**It14.826**))
Gracias, pida al padre Celeste que me ayude a
salvar mi alma, no sea que, predicando a los
demás, tenga la desgracia de olvidarme de mí
mismo. Y si V. S., en su situación, pudiese hacer
algo material, le recomiendo sencillamente la
construcción de una iglesia comenzada aquí a la
Gran Madre de Dios bajo el título de María
Auxiliadora.
Me agradaría saber alguna noticia de la
jovencita enferma, dentro de quince días, porque,
como tengo que ir a Milán, pasaría a verla.
(**Es14.704**))
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