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allí internados y de otros que están en
condiciones de ser enviados cuanto antes al mismo
Instituto.
Los muchachos socorridos y el humilde firmante
ruegan al Señor le conserve en buena salud,
mientras que con profunda gratitud tiene el honor
de poderse profesar.
De V. S. Benemérita
Roma, 7 de marzo de 1879
Su atto. y s. s.
JUAN BOSCO, Pbro.
La asociación de Cooperadores y Cooperadoras,
ya numerosa en Roma, había crecido notablemente
después de la conferencia de 1878, y aumentaba de
día en día, porque don Bosco los iba pescando un
poco por todas partes. El 17 de marzo 1 en la
iglesia de las nobles Oblatas de Tor de'Specchi
dio la conferencia prescrita para la fiesta de san
Francisco de Sales. El cardenal vicario, Mónaco La
Valletta, presidió la reunión, que fue
extraordinaria por el número y calidad de los
asistentes. El Siervo de Dios expuso lo que la
Congregación Salesiana, gracias al auxilio de Dios
y el apoyo de los Cooperadores había hecho durante
el año anterior, especialmente en favor de los
jovencitos pobres y desamparados en Italia, en
Francia y en América. Al hablar de los centros de
Italia, puso de relieve los que se habían abierto
en lugares amenazados por la herejía protestante,
principalmente las escuelas diurnas y nocturnas
abiertas en La Spezia, merced a la liberalidad de
Pío IX y a la caridad de su Sucesor; unos
doscientos muchachos estaban allí al abrigo del
influjo de sus vecinos los herejes. Contestó
después a la pregunta, que muchos le hicieron de:
>>por qué no fundaba también en Roma una escuela
de artes y oficios?
A los jovencitos ((**It14.73**)) de Roma
y de sus alrededores, dijo que se les socorría
enviándolos a la casa de Turín o a otras; que ya
llegaban en conjunto al centenar; que también él,
como el que más, deseaba hacer algo en Roma y
esperaba conseguirlo con la ayuda de Dios y de los
Cooperadores. Tomó a continuación la palabra el
Cardenal Vicario y confirmó cuanto había dicho a
don Bosco sobre la necesidad de abrir una casa en
Roma para muchachos pobres. Describió después las
ruinas causadas por los recientes sucesos a las
instituciones benéficas romanas; animó a los
Cooperadores a favorecer obras nuevas, reclamadas
imperiosamente por las nuevas necesidades y, en
particular, por el deber de reaccionar contra la
acción de los protestantes, quienes,
1 Don Juan Bonetti que también asistió a ella,
la coloca en el 18 (Boletín Salesiano, abril de
1879) pero el Diario de don Joaquín Berto no deja
lugar a duda.(**Es14.70**))
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