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crezca en la ignorancia o beba en las fuentes
envenenadas de los libros y revistas de la
herejía, de la corrupción y de la impiedad. Como
todos pueden ver, estas obras, que constituyen la
finalidad de la Congregación Salesiana, requieren
ayuda material para sostenerse, promoverse y
propagarse.
Y, al llegar aquí, hizo notar don Bosco que, el
hacer la caridad de una o de otra forma para
remediar las necesidades espirituales o materiales
del prójimo, no es sólo un consejo, como algunos
creen, sino un mandamiento del Señor, que dijo
claramente en tono imperativo: Quod superest, dale
eleemosynam; lo que se tiene de más, dadlo de
limosna. Y no se diga: yo no doy limosna porque no
me sobra nada. Un buen cristiano y una buena
cristiana siempre encontrará algo que sobra en
casa, en el mobiliario, en los vestidos, en las
comidas, en las fiestas, en las excursiones y
viajes de recreo y en mil otras cosas. Y quien
realmente no tiene nada que dar, ni en dinero ni
en algo equivalente, puede ciertamente rezar por
las personas caritativas para que Dios las bendiga
y les conceda la gracia de continuar las obras
buenas; puede rezar por los que pueden dar limosna
y no la dan, es decir, rezar para que Dios los
ilumine Y les haga comprender que no podrán
llevarse nada de lo que poseen en la tierra al
mundo del más allá; les haga ver que El ha sido
generoso con ellos en bienes de fortuna aquí
abajo, a fin de que estuvieran en condiciones de
sacrificar una parte para su gloria y alivio de
los indigentes, y así poder merecer de El,
después, las verdaderas riquezas del Cielo;
rogarle que les toque el corazón para que se
muevan a compasión de tantos desgraciados que
perecen de alma y cuerpo, y se encienda en ellos
el deseo de acudir en su socorro y salvarlos de la
ruina... Puede también hablar a otros de las Obras
Salesianas ya emprendidas y de las que se van a
emprender, y así animar a parientes, amigos,
conocidos y adinerados y socorrerlas. De esta
manera, cualquier persona puede llegar a ser un
buen Cooperador y hacerse benemérito de la
religión y de la sociedad.
Las palabras de don Bosco, acompañadas por la
gracia de Dios, descendieron como lluvia benéfica
en el corazón de los reunidos, los cuales dieron
aquella misma tarde una prueba indudable de su
caridad entregando una cuantiosa limosna.
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Acabada la conferencia, los alumnos de las
Escuelas cantaron el motete Sit nomen Domini
benedictum, después el Tantum ergo, y don Bosco
impartió la bendición con el Santísimo Sacramento.
Terminada la función de la iglesia,
Cooperadores y Cooperadoras entraron en las
Escuelas y asistieron a un concierto de música
instrumental, magistralmente interpretada por los
aprendices. Al caer de la tarde marcharon,
declarando todos ellos que habían pasado unas
horas deliciosas.
(Boletín
Salesiano, junio 1880)
57 (el original en francés)
Palabras de don Bosco a los peregrinos
franceses en el Oratorio
...Don Bosco se puso en pie a su vez, rogando
que no tuvieran en cuenta sus palabras, más o
menos correctas, pues iba a expresarse en una
lengua que no era la suya, sino los sentimientos
que con ellas quería manifestar; era su corazón el
que iba a hablar. Alabó en primer lugar a los
peregrinos por su magnífico gesto de abandonar su
país, su familia y sus asuntos e ir a Roma para
dar al mundo un ejemplo de fe y
(**Es14.677**))
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