((**Es14.65**)((**It14.66**))
CAPITULO III
CUATRO SEMANAS EN ROMA
POCO ha hemos sabido, por el mismo don Bosco, que
se ponía en viaje hacia Roma, porque <>. Desde Roma escribía don Juan
Bonetti: <> 1. Entre las cosas, que no se
podían decir, es lícito pensar que se encontraba
principalmente la cuestión del exequatur, que el
Ministerio había negado al cardenal Parocchi para
la sede arzobispal de Bolonia; como veremos en el
capítulo quinto.
Los motivos de la repentina sustitución del
conde Cays por don Juan Bonetti para acompañar a
don Bosco, se coligen fácilmente por lo que
precisamente en aquellos días le había ocurrido a
éste. El 12 de febrero un decreto del Arzobispo
habíale suspendido, por tiempo indefinido, de oír
confesiones en toda la archidiócesis, con orden de
que fuera substituido por otro sacerdote en
Chieri, en el oratorio femenino de Santa Teresa.
Ausentándose, evitaba que la cosa despertase
sorpresa y podría defender mejor su causa en Roma.
((**It14.67**)) Ocho
días después de estas disposiciones llegó al
Oratorio, de parte de la autoridad eclesiástica,
una visita inesperada, que dio ocasión a múltiples
comentarios y conjeturas, y de la que llegaron a
don Bosco detallados informes poco antes y poco
después de su llegada a Roma 2.
El 20 de febrero debía representarse un drama
religioso sobre el martirio de san Pancracio. Por
la mañana se presentó en la portería un criado del
Arzobispo, se enteró de la hora precisa de la
representación y advirtió al portero que el señor
Arzobispo quería asistir a la función. Fue una
sorpresa universal. Monseñor llegó al Oratorio con
1 Carta a don Miguel Rúa, 10 de marzo de 1879.
2 Cartas del conde Cays a don Bosco, Turín, 21
de febrero de 1879 (Apéndice, doc. 6) y de don
José Lazzero a don Joaquín Berto, Turín, 4 de
marzo de 1879.(**Es14.65**))
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