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((**Es14.603**) confesiones de los fieles, puedan, sólo con la delegación de su Superior, oír también las confesiones de los alumnos y de los demás que viven en la Casa Salesiana donde se encuentran. 2) Los mismos sacerdotes, en los viajes por mar o por tierra, en los lugares de misión, especialmente cuando se encuentran en países semibárbaros, puedan libremente confesar a los fieles, que estuviesen bastante instruidos para recibir el sacramento de la Penitencia. (San Pío V Bula ad immarcescibilem. Benedicto XIV para los Píos Operarios, Breve 24 de mayo de 1751, Clemente XIV, Breve Supremi Apostolatus para los Pasionistas). Estos favores serían muy útiles por la frecuente necesidad que mueve a los sacerdotes salesianos a ir de una casa a otra, por la penuria de sacerdotes y por los muchos alumnos, a los que tendría que prestarse el sagrado ministerio. Motivos más relevantes piden poder confesar en los viajes y en las misiones extranjeras, en las que hubo varias veces urgencia de hacer uso de esta misma facultad, dada personalmente por el Sumo Pontífice Pío IX de feliz memoria. Roma, 7 de marzo de 1879 Humilde suplicante JUAN BOSCO, Pbro. C Para extensión de indulgencias Beatísimo Padre: El sacerdote Juan Bosco, Rector Mayor de la Pía Sociedad Salesiana, humildemente postrado a los pies de Vuestra Santidad, expone que el Pontífice Pío IX de f.m., con fecha 9 de mayo de 1876, concedió a los Cooperadores Salesianos varias indulgencias y favores espirituales. Ahora, tenido en cuenta el gran bien, que se deriva de esta benévola concesión a todos los Cooperadores Salesianos, especialmente por la frecuencia de los santos sacramentos de la Confesión y Comunión, suplica, con el máximo respeto a Vuestra Santidad, que, con un rasgo de alta clemencia, se digne extender los mismos tesoros espirituales a las personas y alumnos que residen en nuestros Colegios, Oratorios y Pensionados. Es éste un gran beneficio que espera obtener de Vuestra Santidad par mayor gloria de Dios y provecho espiritual de los muchachos, que la divina Providencia quiso entregar a los Salesianos, para ser apartados de los peligros morales, merced a una educación cristiana. Roma, 7 de marzo de 1879 Humilde suplicante JUAN BOSCO, Pbro. (**Es14.603**))
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