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-Mucho mejor; así no oiréis palabras inútiles.
Aquel año las Hermanas alcanzaron el número de
ciento sesenta y siete. Se cerró definitivamente
la casa de Mornese y se puso a la venta, y se
abrieron ocho casas nuevas. En enero, la de
Patagones en Argentina, como ya dijimos en el
capítulo anterior. En febrero salieron de Nizza
Monferrato tres hermanas destinadas a Sicilia. Las
había llamado a Catania la duquesa Cárcaci,
fundadora de un orfanato, cuya dirección les quiso
confiar 1. Las acompañó don Francisco Dalmazzo,
que residía hacía un mes en Tor de'Specchi como
Procurador General de los Salesianos. Estuvieron
allí sólo siete años y después se retiraron por
extrañas ingerencias que entorpecían su acción,
pero las aguardaban en aquella ciudad obras de
mayor relieve.
Otras tres hermanas, con sor Catalina Daghero a
la cabeza, salieron en abril con dirección
opuesta, para dirigir el orfanato de Saint-Cyr.
Allí se encontraron con una gran dificultad. El
abate Vincent, a quien don Bosco había concedido
siguiera allí como Director, juntó, a las Hijas de
María Auxiliadora, seis de las Hermanas fundadas
por él. Prejuicios de nacionalidad amenazaron en
seguida con la ruptura perpetua de la buena
armonía; además, el carácter del viejo ((**It14.649**)) abate
ocasionaba frecuentes y ruidosas reprimendas
contra las recién llegadas. Mas por algo había
enviado don Bosco allí a una mujer como Sor
Catalina Daghero, religiosa de finísimo tacto,
dotada de exquisita prudencia y rica en caridad,
que estaba destinada a ser muy pronto la Madre
General.
Siguiendo el orden cronológico, se funda en
septiembre el asilo de Borgomasino, en la diócesis
de Ivrea, con oratorio festivo primero y, más
tarde, también con las escuelas municipales.
Se abrieron cuatro casas más en el mes de
octubre; tres de ellas en la fiesta de Santa
Teresa: a saber, las casas de Este y de Penango,
donde las Hermanas, atendían a la cocina y a la
ropería de los colegios salesianos locales y se
dedicaban al oratorio festivo femenino, más la
casa de Melazzo, en la diócesis de Acqui. El rico
y caritativo párroco de este pueblecito, reverendo
Chiabrera, encomendó a las Hijas de María
Auxiliadora un parvulario para esta buena obra, un
taller de costura y bordado y un orfanato; le
ayudó mucho para esta buena obra el marqués Scati.
Este noble Señor, fue por Navidad a ver
1 Véase el Cap. XII. según las crónicas de
aquel orfanato resulta que las hermanas fueron
allí en 1878; pero es un error. En 1878 hubo la
petición y, en 1879, visitaron el lugar don Juan
Cagliero y don Celestino Durando, como hemos
narrado. En la circular de enero de 1880 a los
cooperadores, don Bosco no habría podido escribir:
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