((**Es14.538**)
Con gusto acepté la propuesta y he procurado
enviar algunos religiosos para ver, examinar y
preparar lo necesario para recibir más misioneros,
que precisamente se preparan para salir. Pero,
tomada la propuesta con la debida consideración,
he juzgado oportuno exponer todo el asunto al
Padre Santo para recibir luces, consejo y
dirección en un asunto de tanta importancia.
Queriendo S. S. proceder con conocimiento de
causa, nombró una comisión de eminentes
personajes, los cuales juzgan que puede servir
para mayor gloria de Dios y bien de las almas:
1.° Encomiar la solicitud del Arzobispo de
Buenos Aires por el celo que ejerce en su vasta
diócesis y especialmente por la dilatación del
Evangelio entre los salvajes de las Pampas y de
Patagonia.
((**It14.632**)) 2.°
Considerada la distancia de las colonias del Río
Negro hasta la sede Arzobispal (quince días de
viaje), propone la creación de un Vicariato
Apostólico, que abarque las colonias ya formadas y
las que se vayan organizando a orillas del Río
Negro. Así el nuevo Vicariato se extendería e el
grado treinta y seis hasta el cincuenta de latitud
sur. Se llamaría Vicariato Apostólico de
Patagonia, ya que así ha denominado el Gobierno la
Provincia allí establecida. Tendría su sede en
Carmen, que sería el centro de las Misiones
Salesianas entre los indios, según el parecer de
V. S.
3.° Pedir a V. E. que interponga sus buenos
oficios ante el Gobierno para que tenga a bien
cooperar con una cuota anual para fundar y
sostener este Vicariato, que se considera
indispensable para asegurar el estado civil y
religioso de aquellas colonias. Con este fin, se
escribe también una carta al Superior de nuestros
religiosos, para que, de acuerdo con V. E.,
promueva todas las medidas que pueden contribuir
al incremento y estabilidad de aquellas Misiones.
4.° Se ruega a V. E. que tenga a bien dirigir a
S. E. Rvma. el cardenal Nina, Secretario de Estado
de Su Santidad, toda reflexión, observación, que
V. E. juzgue oportuno hacer a este propósito.
Por lo que a mí toca no dejaré de hacer cuanto
esté a mi alcance, enviando más Misioneros en
auxilio de los que ya están en Patagonia y los
medios materiales que se puedan recoger para este
fin en Europa.
El celo de V. E. ha llamado a mis religiosos a
América del Sur, con su caridad los ha protegido y
sostenido siempre y tengo plena confianza de que
seguirá haciéndonos de Padre, mientras nosotros
prometemos, como hijos respetuosos, obedecerle y
servirle en todo lo que nos sea posible.
Me doy por dichoso, al poderme profesar, con el
mayor aprecio y el más profundo respeto,
De V. E. Rvma.
Roma, 15 de abril de 1880
Su
seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
Rector
mayor de la Congr. Sal.
También la segunda carta está redactada con
mucha circunspección, pues constituía un documento
que eventualmente debería someterse a las
autoridades competentes.
Mi querido don Francisco Bodrato:
Las buenas disposiciones del señor Arzobispo de
Buenos Aires y del Gobierno argentino para
extender la civilización y la religión entre los
indios y las colonias del
(**Es14.538**))
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