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En esta labor de civilización tuvieron parte
notable los Salesianos, que, después del paso de
las tropas, fijaron su residencia en lugares
oportunos, desde donde poder organizar la
asistencia religiosa y civil de los colonos y
tomar contacto con las tribus supervivientes.
Estas, unidas siempre alrededor de sus propios
caciques, se acostumbraron poco a poco a reconocer
en los Misioneros de don Bosco a sus mejores
amigos, que, mientras les llevaban la luz del
Evangelio, se preocupaban por acercar
amistosamente los vencidos a los vencedores con
recíproca utilidad.
El número de Indios no era tan grande como
pretendían dar a entender cuando, armados y
organizados en salvaje confederación, amenazaban
al Gobierno de la República Argentina, como si
estuvieran en condiciones de imponerse incluso a
sus ejércitos. En realidad, no pasaban de ochenta
mil. Si no querían saber nada de personas
civilizadas y de civilización, debíase al recuerdo
de los malos tratos sufridos y al temor constante
de perder su independencia. Dueños absolutos de
sus misteriosas soledades, veían un peligro de
servidumbre hasta en la religión; por eso, ningún
misionero había visitado incólume sus tolderías o
campamentos formados por toldos de indios de modo
que, ante la inutilidad del sacrificio, sacerdotes
y religiosos se detenían y no penetraban en un
terreno tan inseguro.
De este modo el orgullo de los Indios,
aumentado hasta la locura, los embriagaba de tal
modo que se creían soberanos intocables de sus
desiertos, y se imaginaban que nadie ((**It14.618**)) se
habría atrevido nunca a recorrerlos, sin someterse
a ellos. Para disipar aquella fascinación y quitar
de en medio aquella continua pesadilla, se
organizó la atrevida empresa del año 1879 1.
Conocidos los habitantes, exploremos un poco el
terreno que será el campo de los primeros trabajos
apostólicos de los misioneros de don Bosco. La
región patagónica en toda su extensión geográfica
comprende la Pampa, el Río Negro, el Chubut. Santa
Cruz y la Tierra del Fuego; pero la Patagonia
propiamente dicha comprende solamente los tres
territorios de Río Negro, Chubut y Santa Cruz.
Nosotros ahora no vamos a ocuparnos más que del
territorio septentrional, que toma el nombre del
Río Negro, que desemboca en el Atlántico y está
formado por la unión del Neuquén y del Limay con
un recorrido de 1.137 kilómetros. Se trata de un
territorio casi el doble de Italia.
Quebrantada la altivez de los Indios, quedaba
la naturaleza del país que oponía barreras casi
infranqueables. Hoy, diremos nosotros
1 Véase más atrás el capítulo XI.
(**Es14.526**))
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