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razón de la beneficencia que hacían sus casas de
Francia a los hijos de familias italianas que
residían allí. <>. La carta para el Ministro decía:
Excelencia:
Hace unos años tuve el honor de presentarme a
S. E., el señor Ministro de Asuntos Exteriores,
para manifestarle el abandono, en que se
encuentran muchos hijos de familias italianas;
éstos, que viven en el Sur de Francia, abandonados
a sí mismos, ordinariamente después de haberse
hecho reos ante la autoridad civil, son devueltos
a Italia. Propuse algún remedio que el señor
Ministro alabó y animó a su ejecución.
Con este fin y contando solamente con los
medios de la divina Providencia, he abierto dos
centros; uno en la ciudad de Niza y otro en
Marsella para aprendices; más una escuela agrícola
cerca de Fréjus y otra cerca de Tolón.
Un número considerable de estos muchachos
ocuparon los mencionados centros, que muy pronto
resultaron insuficientes para el creciente número
de peticiones; esto nos obligó a readaptaciones y
ampliaciones. Pero, faltándome los medios
necesarios para sostener y continuar estas obras,
apoyado por el Cónsul de Italia en Marsella, en
abril de 1879, me atreví a presentar ((**It14.612**))
respetuosamente una nueva instancia a V. E.,
invocando benévola ayuda en favor de aquellos
pobrecitos que luchan con el vicio y la miseria y
cuyo número llega a varios centenares.
No habiendo tenido hasta el presente ningún
resultado mi petición, estimulado por las mismas
urgentes necesidades, me atrevo a renovar la
súplica.
Tengo plena confianza en que se dignará
ayudarme para mejorar la clase más en peligro y
peligrosa de la sociedad; y pidiendo a Dios le
conserve en buena salud, tengo el alto honor de
poderme profesar,
De V. E.
Turín, 18 de octubre de 1880
Su atto. y s. s.
JUAN BOSCO, Pbro.
La instancia fue acogida favorablemente por el
Ministro y ordenó se inscribiera en el presupuesto
del año 1881 la cantidad de mil liras a título de
subvención duradera, para entregar cada año a la
casa de Marsella y a sus filiales; y, para evitar
molestias en el Parlamento, presentó esta
subvención globalmente con otras cantidades,
destinadas al Cónsul italiano de aquella ciudad en
favor de los italianos 2. Sirvió esto también de
expediente de don Bosco para llamar la benévola
1 Turín, 18 de octubre de 1880.
2 Carta de don Francisco Dalmazzo a don Bosco,
Roma, 27 de noviembre de 1880.
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