((**Es14.481**)
Apreciadísima señora Merlini:
Ayer por la tarde vino usted a preguntar por
mí, precisamente cuando yo estaba confesando, y lo
siento, pues le habría hablado de un asunto que es
de la mayor gloria de Dios.
((**It14.563**)) Sé que
usted hace muchas obras buenas y, por eso, le
ruego que acuda en mi ayuda para continuar las
obras de la iglesia de San Juan, de acuerdo con la
hoja que le adjunto. Pero, si no pudiese ayudarme,
no por eso dejaré de rezar igualmente por usted y
por su salud.
Que Dios la bendiga y la conserve en su santa
gracia. Ruegue por mí, que siempre seré suyo en J.
C.
San Benigno, 13 de agosto de 1880
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
Para tener oportunidad de intercalar alguna
noticia, que no encontraría lugar adecuado en otra
parte, ofrecemos a continuación un manojito de
CARTAS DIVERSAS
La primera de ellas va dirigida a don Eugenio
Bianchi.
Hízose éste Salesiano, en su cuarto año de
sacerdocio. Actuaba como coadjutor en la parroquia
de Verucchio, el histórico nido de los Malatesta,
en la diócesis de Rímini. Se ve que esta carta no
debió considerarla como definitiva para su
vocación, pues él mismo nos contaba que, en aquel
mes de septiembre, había emprendido un viaje por
algunas de las ciudades principales de Italia con
un billete ferroviario circular. Definitiva, en
cambio, fue su conversación con don Bosco cuando
pasó por Turín. En efecto, apenas oyó al Siervo de
Dios, abandonó sin más el plan del viaje y fue a
Lanzo para los ejercicios espirituales, al fin de
los cuales se resolvió a quedarse irrevocablemente
con don Bosco. En octubre, después de una breve
escapada a su familia, comenzó el noviciado en San
Benigno.
Muy querido en N. S. J. C.:
Por mi parte, siempre me alegro mucho cuando
puedo añadir algún guerrero valiente a las
humildes filas de los Salesianos. Venga, pues;
pero, como usted muy bien dice, venga a pasar con
nosotros alguna semana. Para este fin, puede venir
a los ejercicios espirituales que tendrán lugar en
Lanzo, del 9 al 16 de septiembre próximo. Si no es
oportuna esta época, dígalo y le señalaré otro
tiempo y otra tanda de ejercicios. Antes, durante
y después de los mismos, hablaremos y trataremos
todo lo que sirva para mayor gloria de Dios.
(**Es14.481**))
<Anterior: 14. 480><Siguiente: 14. 482>