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((**Es14.462**)((**It14.540**)) CAPITULO XXI PRIMERA CONFERENCIA SALESIANA EN SAN BENIGNO CANAVESE Y EN BORGO SAN MARTINO AUN en medio de tantos trabajos y molestias, don Bosco encontraba no sólo el tiempo, sino lo que todavía es más difícil, la serenidad para presentarse a sus Cooperadores, hablarles de sus obras y pedir su ayuda. Así, en el verano de 1880, fue a San Benigno Canavese y a Borgo San Martino para dar la primera conferencia a los Cooperadores Salesianos de los dos lugares 1. En San Benigno habló el 4 de junio. Este fue a grandes rasgos el discurso del Beato. Celebró encontrarse por vez primera con aquellos Cooperadores, enumeró los favores espirituales que podían disfrutar por el hecho de estar inscritos en la pía Unión y mostró cómo el Cooperador, fiel al reglamento, vive como un religioso en medio del mundo; pues, en verdad, la Asociación podía considerarse como una orden tercera antigua, pero adaptada a las necesidades presentes. Hoy se grita a los cuatro vientos: Trabajo, Instrucción, Filantropía. Pues bien, gracias a los Cooperadores y a las Cooperadoras, los Salesianos hacen precisamente tres cosas: abren escuelas profesionales en las ciudades y organizan escuelas agrícolas en el campo para adiestrar a la juventud en el trabajo; fundan colegios para niños y para niñas, escuelas diurnas, nocturnas y festivas, ((**It14.541**)) oratorios dominicales para pulir las mentes juveniles y enriquecerlas con útiles conocimientos; abren internados para millares de huérfanos y desamparados y llevan a los mismos pueblos bárbaros los beneficios de la civilización. Con sus oraciones, con su asistencia moral, con su ayuda material, los Cooperadores son otros tantos brazos, que colaboran con la cabeza y con los demás miembros de la Congregación Salesiana para producir este triple orden de bienes. En otros tiempos, cuando la sociedad vivía de fe, bastaba unirse en la práctica de piadosos ejercicios; hoy día, por el contrario, además de rezar, lo cual no debe faltar nunca, se necesita actuar y trabajar intensamente; de lo contrario, se va a la ruina. 1 Véase: Bollettino Salesiano de julio y agosto de 1880. (**Es14.462**))
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