((**Es14.459**)
habrían sido satisfactorias, cuando he aquí que el
26 de agosto le llegaba una carta del cardenal
Nina con este exordio: <>.
Así, pues, las dos cartas del 10 de julio no
habían llegado a manos del Cardenal, por lo que
fueron enviadas de nuevo el 3 de septiembre.De
entonces en adelante, no se volvió a tratar
oficialmente desde Roma el asunto; si bien, como
decíamos al comienzo, el Arzobispo de Turín creyó
que podía repetir su acusación en diciembre.
Hubo también en 1880 una mala interpretación.
De suyo sería de poca monta, pero no nos parece
esta razón suficiente para pasarla por alto. En un
cuadro no todos los colores tienen la misma
intensidad, pero todos son necesarios para el
efecto del conjunto.
El 12 de octubre estaba Su Excelencia de visita
pastoral en el municipio de Volpiano, último
rincón de su Archidiócesis por aquel lado, y se
acercó sin previo aviso a visitar ((**It14.537**)) la
vecina casa de San Benigno. Llegado así de
improviso, se metió por la puerta, que daba a los
talleres, donde ciertamente no era de esperar que
pobres muchachos aprendices, mal trajeados y con
las manos embadurnadas de pez y de engrudo, fueran
inmediatamente a besarle el anillo. Sin embargo,
diez días después escribió a don Bosco elogiando
las atenciones con que le habían recibido los
superiores presentes, pero lamentándose del
comportamiento de los muchachos de tres talleres y
sobre todo reprochando a algunos clérigos que, a
su paso, habían escapado a toda prisa del patio 1.
Le contestó el director, don Julio Barberis,
explicándole las cosas como las hemos expuesto; y
que los clérigos se habían retirado porque, como
estaban atendiendo a un trabajo material, no se
encontraban en condiciones de poderse presentar a
un Arzobispo.
íCuántas malas interpretaciones en diez años!
Pero la peor de todas estaba siempre en la
obsesión de que don Bosco y los Salesianos, por un
propósito tomado, hacían guerra sin cuartel a la
autoridad del Ordinario. Lo repitió él mismo el 18
de octubre en una carta a monseñor Belasio, que
confiando en la antigua amistad, había renovado
sus buenos oficios para inducirlo a más benignos
tratos con don Bosco 2. Así lo permitió Dios, en
los arcanos designios de su infinita
1 Véase, Ap. Doc. N.° 62.
2 Véase, Ap. Doc. N.° 63.
(**Es14.459**))
<Anterior: 14. 458><Siguiente: 14. 460>