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((**Es14.437**)fuera de Turín, fuera de Italia y fuera de Europa. Después siguió diciendo 1: ((**It14.511**)) Disfruto mucho al saber que os portáis siempre bien, que vivís como buenos cristianos y honrados ciudadanos. Alguno de vosotros ha observado que hubo algún ingrato que se volvió contra el lugar de su educación y nos dio disgustos; pero tengo que observar dos cosas sobre el particular. La primera, que los ingratos no son del número de los primeros alumnos del Oratorio; la segunda, que no terminaron aquí su propia educación, ya que fueron expulsados por su mala conducta. Por lo demás, no hemos de extrañarnos si encontramos desagradecidos; entre los doce Apóstoles hubo también uno, a pesar de haber recibido durante tres años la educación del Maestro de los maestros, del mismo Hijo de Dios hecho hombre. Nosotros los compadecemos porque son unos infelices, nuestra venganza será la de rezar por ellos, para que se conviertan antes de morir. Somos Salesianos y, como tales, olvidamos todo, perdonamos a todos, haremos a todos el bien que podamos y mal a nadie. Por otra parte, si bien hemos de tratar a todos caritativamente, sin embargo, no debemos hacer confidencias ni trabar amistad con los que no son de nuestro espíritu. Así tendremos a un mismo tiempo la sencillez de la paloma y la prudencia de la serpiente, librándonos de los traidores y de las traiciones 2. Pero una cosa sobre todo os recomiendo, queridos hijos míos, y es que doquiera os encontréis os mostréis siempre buenos cristianos y hombres honrados. Amad, respetad, practicad nuestra santa religión, la religión en la que os he educado y preservado de los peligros y daños del mundo, la religión que nos consuela en las penas de la vida, nos alivia en las angustias de la muerte y nos abre las puertas de una felicidad sin límites. Muchos de vosotros sois ya padres de familia. Pues bien, dad a vuestros hijos la educación que vosotros recibisteis en el Oratorio de don Bosco. Así, mientras muchos de vuestros compañeros fueron hasta América en busca de almas que salvar y trabajan por difundir la luz de la verdad y de la verdadera sabiduría donde reinan las tinieblas del error y del vicio, vosotros haréis otro tanto según vuestras posibilidades, y así, entre todos, propagaremos en el mundo la mayor gloria de Dios, cooperando a la salvación de las almas y disminuyendo el mal en la sociedad. Así demostraréis que sois buenos salesianos, verdaderos hijos de don Bosco, que sólo desea llenar el cielo y dejar desierto el infierno. Nuestro alegre banquete ha terminado, pero os invito a otro que nunca tendrá fin: en nombre de Dios y de María Auxiliadora, os invito al banquete del Cielo y ruego y pido que no falte nadie. En la reunión de los Antiguos Alumnos sacerdotes quien mejor que nadie supo interpretar el común sentir fue ((**It14.512**)) don Félix Reviglio, párroco de San Agustín. En una de las paredes del comedor se leía esta inscripción: HIJOS AGRADECIDOS. -DE DIVERSAS CIUDADES Y PUEBLOS REUNIDOS EN TORNO A LA ALEGRE 1 Esta y la siguiente charla de don Bosco fueron recogidas por don Juan Bonetti y publicadas en el Bollettino Salesiano de septiembre. 2 Es probable que los Antiguos Alumnos aludiesen al desgraciado director de la Crónica de los Tribunales. (**Es14.437**))
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