((**Es14.428**)
en ella bajo la dirección de un jefe. Por mucha
actividad de mente y de corazón que un jefe
cualquiera despliegue, conseguirá muy poco si
otros no le ayudan. Quien, por ejemplo, dirige un
oratorio festivo con unos centenares de muchachos
es el jefe y el operador, >>pero qué podrá hacer
él solo, aunque sea inteligente y celoso? Se
desgastaría y perdería la salud, sin obtener orden
en la iglesia y fuera de ella. No sería así si
otros le ayudaran y, según sus aptitudes,
enseñasen el catecismo, organizasen las funciones
sagradas, diesen lecciones de canto, vigilasen en
los recreos, ensayaran y representaran obras
teatrales, dirigiesen juegos gimnásticos y otras
cosas por el estilo; de esta manera la obra, que
desde su nacimiento habría ido de mal en peor,
prospera, se refuerza y produce abundantes frutos.
Sucede como en una máquina, cuando todas las
ruedas secundarias siguen el movimiento de la
rueda maestra, ésta sigue adelante y hace mucho
trabajo. Por sí solo, tampoco don Bosco habría
hecho nada, en cambio con sus cooperadores, las
obras se han multiplicado y progresan. No sin
motivo Pío IX había bendecido y León XIII había
vuelto a bendecir la pía Unión de los Cooperadores
Salesianos. Después de esta premisa, resumió las
obras emprendidas por los Salesianos durante el
último año: centros de educación abiertos para la
juventud, construcción de iglesias para oponer un
valladar a la propaganda protestante, misiones
entre los indios de la Patagonia, a más del
desarrollo de las obras ya en marcha. La
Conferencia a las Cooperadoras tuvo lugar ((**It14.501**)) en la
tarde del día 22. En ella don Bosco, después de
alegrarse de su número y mencionar rápidamente
cuánto había bendecido Dios en el último año los
trabajos de los Salesianos y de las Hermanas, se
extendió hablando del bien que hacían las Hijas de
María Auxiliadora en favor de las jovencitas,
pintando, como en un cuadro, la historia de su
Congregación desde sus orígenes hasta las
fundaciones más recientes en Italia y Francia,
América civilizada y en la Patagonia salvaje.
Para la fiesta ya se había asegurado los
mayordomos. Lo demuestra su cartita del 19, en la
que, con una figura retórica de fácil
interpretación, decía: <>, palabra retumbante y jocosa,
se descompone y se traduce por <>.
2 Nótese la graciosa inversión de conceptos: la
Santísima Virgen es la protectora de sus devotos,
pero los mayordomos de la fiesta se convierten en
protectores de la Virgen, pues, con sus dádivas,
aumentan la alegría de la fiesta para mayor honor
de la misma gen.
(**Es14.428**))
<Anterior: 14. 427><Siguiente: 14. 429>