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encuentro, que hirió lo más vivo de su corazón y
le hizo sentir agudo dolor por no poder remediarlo
inmediatamente. Se encontró por las calles con una
larga fila de muchachos, preguntó quiénes eran y
oyó decir que eran hijos de católicos que iban a
la escuela y al templo de los protestantes y que
otros grupos los habían precedido o tenían que
venir detrás. Atónito, angustiado, aterrorizado al
ver a aquellas inocentes criaturas arrancadas a la
Iglesia, recomendó con lágrimas en los ojos que no
se perdiera tiempo, sino que se multiplicaran los
esfuerzos para poner remedio cuanto antes a tan
grande mal. En la carta que escribió después desde
Lucca al cardenal Nina, le contó lo ocurrido, y Su
Eminencia le contestó el 5 de mayo:
<((**It14.483**)) las
noticias que me da en su carta del 29 del mes
pasado, que, si le han causado honda pena por lo
que concierne al hecho que presenció en la ciudad
de Florencia, no han dejado de consolar el ánimo
del P. S. y el mío, al ver el celo verdaderamente
extraordinario de V. S. por poner un dique a la
corrupción y a la herejía donde ésta se presenta
con más ímpetu. Su Santidad, agradecido a los
esfuerzos que V. S. hace con este fin, le imparte
de corazón la implorada bendición apostólica,
pidiendo al mismo tiempo al Señor que le conceda
fuerza y ánimo para seguir siempre con mayor fruto
en la santa empresa>>.
La noticia de la segunda visita de don Bosco
despertó en Lucca el mismo entusiasmo que el año
anterior. La había difundido por la ciudad una
circular del Director don Juan Marenco, que
convocaba en aquella ocasión a los Cooperadores
salesianos a una conferencia en la iglesia de la
Santa Cruz 1. Desde el 26 de abril hasta el
primero de mayo, fueron jornadas completas para el
Beato, el cual, entre confesar, recibir audiencias
y hacer visitas, no podía disfrutar un momento de
reposo. La conferencia se celebró el día 29 por la
tarde. Se reunieron en la capilla del Oratorio las
personas más distinguidas de Lucca. Con las
formalidades rituales, fielmente observadas antes
y después, don Bosco habló desde el púlpito con
humildad y sencillez. Ante todo manifestó su
cordial agradecimiento a los Cooperadores y las
Cooperadoras de Lucca por la ayuda prestada a las
obras salesianas durante el año que acababa de
transcurrir; invitó a agradecer al Señor los
beneficios recibidos; habló, después, de la
cooperación salesiana general y local, merced al
concurso para sostener las misiones de América,
las casas abiertas en Italia y en Francia y el
Oratorio de la Santa Cruz. Enumeró las más
recientes fundaciones, describió la importancia de
1 Véase: Apéndice, Doc. N.° 54.
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