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((**Es14.414**) encuentro, que hirió lo más vivo de su corazón y le hizo sentir agudo dolor por no poder remediarlo inmediatamente. Se encontró por las calles con una larga fila de muchachos, preguntó quiénes eran y oyó decir que eran hijos de católicos que iban a la escuela y al templo de los protestantes y que otros grupos los habían precedido o tenían que venir detrás. Atónito, angustiado, aterrorizado al ver a aquellas inocentes criaturas arrancadas a la Iglesia, recomendó con lágrimas en los ojos que no se perdiera tiempo, sino que se multiplicaran los esfuerzos para poner remedio cuanto antes a tan grande mal. En la carta que escribió después desde Lucca al cardenal Nina, le contó lo ocurrido, y Su Eminencia le contestó el 5 de mayo: <((**It14.483**)) las noticias que me da en su carta del 29 del mes pasado, que, si le han causado honda pena por lo que concierne al hecho que presenció en la ciudad de Florencia, no han dejado de consolar el ánimo del P. S. y el mío, al ver el celo verdaderamente extraordinario de V. S. por poner un dique a la corrupción y a la herejía donde ésta se presenta con más ímpetu. Su Santidad, agradecido a los esfuerzos que V. S. hace con este fin, le imparte de corazón la implorada bendición apostólica, pidiendo al mismo tiempo al Señor que le conceda fuerza y ánimo para seguir siempre con mayor fruto en la santa empresa>>. La noticia de la segunda visita de don Bosco despertó en Lucca el mismo entusiasmo que el año anterior. La había difundido por la ciudad una circular del Director don Juan Marenco, que convocaba en aquella ocasión a los Cooperadores salesianos a una conferencia en la iglesia de la Santa Cruz 1. Desde el 26 de abril hasta el primero de mayo, fueron jornadas completas para el Beato, el cual, entre confesar, recibir audiencias y hacer visitas, no podía disfrutar un momento de reposo. La conferencia se celebró el día 29 por la tarde. Se reunieron en la capilla del Oratorio las personas más distinguidas de Lucca. Con las formalidades rituales, fielmente observadas antes y después, don Bosco habló desde el púlpito con humildad y sencillez. Ante todo manifestó su cordial agradecimiento a los Cooperadores y las Cooperadoras de Lucca por la ayuda prestada a las obras salesianas durante el año que acababa de transcurrir; invitó a agradecer al Señor los beneficios recibidos; habló, después, de la cooperación salesiana general y local, merced al concurso para sostener las misiones de América, las casas abiertas en Italia y en Francia y el Oratorio de la Santa Cruz. Enumeró las más recientes fundaciones, describió la importancia de 1 Véase: Apéndice, Doc. N.° 54. (**Es14.414**))
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