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siempre aquel encuentro. Un joven eclesiástico,
que igualmente lo observó entonces con interés y
guardó de él afectuoso recuerdo, fue monseñor
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Salvador Meo, más tarde Vicario general de Nápoles
y Obispo titular de Metone 1.
A este prelado que se consideró feliz por
introducir a don Bosco a la audiencia del
Arzobispo, le debemos una noticia, de la que se
desprende el alto concepto que el futuro Cardenal
se formó desde entonces de nuestro Fundador,
puesto que mandó colocar su fotografía en la pared
sobre el sillón, donde el Beato estuvo sentado;
fotografía que permaneció allí constantemente
hasta la muerte del que la había mandado colocar
2. Don Bosco le envió desde Roma en seguida el
diploma de Cooperador Salesiano, que el digno
Prelado le agradeció, asegurándole que lo había
recibido con mucho gusto y rogándole le indicara
<> 3.
La visita del Beato a Nápoles contribuyó a
aumentar allí notablemente el número de
Cooperadores, que ya era considerable.
La mención del monasterio de la Visitación trae
a la memoria un recuerdo importante, vivo todavía
entre aquellas religiosas, como lo pudo comprobar
hace poco el Salesiano don Tomás Chiapello, que
hizo mención de ello en el opúsculo citado en la
nota. La actual Superiora recuerda muy bien la
visita de don Bosco y cómo agradeció la modesta
cena, que se le sirvió en el locutorio. Pero hay
mucho más. Vivían en el monasterio dos monjas
profesas desde 1876 y enfermas, una con dolores de
cabeza y otra con un mal interno. Con la esperanza
de que la bendición del Siervo de Dios las curase,
se presentaron a él. Don Bosco bendijo a la
primera y le dijo:
-Jesús la quiere por compañera en su coronación
de espinas. Sin embargo, trabajará mucho por esta
casa.
En efecto vivió hasta 1920, ocupando los
principales cargos, pero siempre atormentada por
su dolor de cabeza.
Bendijo a la segunda, animándola a sufrir;
después, dijo aparte ((**It14.456**)) a la
Superiora, fallecida en 1881:
-Esta Hermana está madura para el Cielo.
En efecto, a los pocos meses dejó de vivir.
El regreso de don Bosco a Tor de'Specchi fue
amargado por un desgraciado suceso ocurrido el día
anterior. El 31 de marzo por la
1 T. CHIAPELLO; Il Beato don Giovanni Bosco
nella visione e nelle previsioni di quarant'anni
fa. Federico y Ardia, editores, Nápoles 1929, pág.
96.
2 Carta de monseñor Meo al nuevo Rector Mayor
don Pedro Ricaldone, Nápoles, 19 de junio de 1932.
3 Carta a don Bosco, Nápoles, 16 de abril de
1880.
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