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y lectores para poner con este medio un dique a
las malas lecturas, causa de tanto daño para el
pueblo cristiano. La experiencia de veintisiete
((**It14.394**)) años
le permitía proclamar la utilidad de estos
opúsculos, que podían adquirirse a tan módico
precio 1.
Mandó redactar otra circular y enviarla
especialmente a los párrocos, rogándoles que, si
conocían mozos u hombres de los veinte a los
treinta y cinco años, deseosos de abandonar el
mundo y abrazar la vida religiosa como seglares,
los dirigieran a la pía Sociedad Salesiana. Estos
tales, además de la buena conducta y salud mental
y corporal, debían estar dispuestos a ocuparse en
cualquier trabajo, en el campo, en la huerta, en
la cocina, en la panadería, en atender comedores,
la limpieza de la casa y también, si estuvieran
suficientemente instruidos, en hacer de
secretarios en los despachos y oficinas; y, si
dominaban un arte u oficio, podrían seguir
ejerciéndolo 2. Por este camino pretendía don
Bosco dar a conocer ampliamente cómo la
Congregación tenía también sus socios laicos y
cuál era su carácter, inconfundible con el de los
tradicionales legos. La multiplicación de las
obras traía la necesidad de reclutar un número
conveniente de coadjutores.
Al extenderse la fama de santidad, que
aureolaba el nombre de don Bosco, crecía también
de día en día la multitud de personas que se
encomendaban a sus oraciones; por lo cual, como le
resultaba imposible contestar a todos
individualmente, al empezar el nuevo año, redactó
una carta, que mandó imprimir y que le servía de
respuesta. En ella, al tiempo que prometía rezar y
mandar rezar, recomendaba a todos unirse a él y a
sus muchachos mediante una novena, rezando
diariamente tres padrenuestros, avemarías y
glorias y tres Salves con las jaculatorias Cor
Jesu Sacratissimun, miserere nobis y Maria
Auxilium Christianorum, ora pro nobis, recibiendo
además la santa Comunión, <>, y haciendo alguna obra de caridad,
especialmente en favor de sus muchachos ((**It14.395**)) pobres
3. Esta novena ha llegado a ser hoy la novena por
excelencia de don Bosco en honor de María
Auxiliadora. Pero hacía ya tiempo que el Beato la
sugería, especificando que los padrenuestros se
rezaran a Jesús Sacramentado 4.
Si en el tiempo a que hemos llegado con nuestra
historia, era ya grande el concepto de santidad en
que se tenía a don Bosco, veremos
1 Véase: Apéndice, doc. núm. 47.
2 Véase: Apéndice, doc. núm. 48.
3 Véase: Apéndice, doc. núm. 49.
4 LEMOYNE. Mem Biogr., vol. VIII, pág. 424.
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