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agradecía y bendecía de corazón a los misioneros y
a los Salesianos de Italia 1.
Al nuevo procurador, que salía del hermoso
colegio de Valsálice, la residencia de Tor
de'Specchi le ofrecía una muy pobre vivienda. No
tenía más que una habitación, pequeña y desnuda,
de modo que, cuando fue allí don Bosco en abril,
don Francisco Dalmazzo tuvo que dormir en el sofá.
El Beato, al contemplar la mesa de madera tosca y
cubierta con un mísero paño apolillado, exclamó:
-íEsto me gusta! íEsta es una verdadera casa
salesiana!
Y se reía de corazón.
((**It14.393**)) La
Unit… Cattolica del 15 de enero publicaba esta
información de Roma sobre el nuevo Procurador:
<>.
Con esta última noticia coincide lo que don
Francisco Dalmazzo escribía a don Miguel Rúa, a
mediados de febrero. <>.
No le faltaron amarguras en aquellos comienzos,
como se trasluce de la misma carta, donde dice:
<>. El coloquio le reveló
lo mal informado que, por desgracia, estaba el
Cardenal sobre <>,
empleando la afectuosa expresión del Procurador,
que concluía su relación con un triste: Nesciunt
quid faciunt! (íIgnoran lo que hacen!)
Dos cosas tuvieron ocupado a primeros de enero
al Beato: la difusión de las Lecturas Católicas y
la búsqueda de buenos coadjutores.
Decir que don Bosco amaba sus Lecturas
Católicas sería repetir algo que todos saben; pero
quizá son demasiados los que hoy ignoran lo mucho
que trabajó hasta el fin de su vida, para
sostenerlas, hacerlas apreciar y difundirlas por
toda Italia. Así, también este año, publicó una
circular, en que recomendaba encarecidamente a
todos los amigos de la religión que le ayudaran a
aumentar el número de suscriptores
1 Roma, 6 de enero de 1880.
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