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-íSerás prefecto por veinte años y, después,
después, ya veremos!
Pues bien, el día en que los Superiores le
comunicaron que sería catequista en el Oratorio se
cumplían los veinte años de su prefectura en
Valdocco y en Borgo.
La segunda profecía se refiere a don Francisco
Dalmazzo. En la fiesta de la Inmaculada Concepción
de 1879 se celebraba en Valsálice el banquete de
despedida para él, que pasaba a Roma como
Procurador general de la Congregación, y de
bienvenida para su sucesor don Juan Bautista
Francesia. Entre los convidados estaba el doctor
Vicente Gribaudi, médico del Oratorio. Este, que
tenía mucha confianza con don Bosco, le rogó que
dejara todavía a don Francisco Dalmazzo como
director del colegio de Valsálice para consuelo de
su madre, muy afligida por la marcha del hijo. El
Beato, volviéndose a Dalmazzo, ((**It14.387**)) le
dijo.
-Volverás a Turín cuando haya que celebrar el
Capítulo para la elección del sucesor de don
Bosco.
Efectivamente, don Francisco Dalmazzo volvió a
Turín a la casa de San Juan Evangelista, en enero
de 1888, pocas semanas antes de la muerte de don
Bosco.
A este tema de previsiones corresponde también
un encuentro, ocurrido en Lu, en octubre de 1879.
Don Bosco recibió allí, como siempre, generosa
hospitalidad en casa de los esposos José y María
Rota, padres de don Pedro, clérigo entonces en el
Oratorio y futuro Inspector en Brasil. Volvía a
casa después de visitar a la señora Isabel
Grossetti, enferma, cuando un tropel de gente, que
lo esperaba para verlo, lo rodeó y lo seguía. En
el cruce de la calle Montaldo con la de
Circunvalación, descubrió entre la muchedumbre a
un muchacho en mangas de camisa y descalzo, que
tenía los ojos clavados en él. Quedóse mirándolo y
le preguntó:
->>Cómo te llamas?
-Quartero.
->>Quieres venirte conmigo a Turín?
-De buena gana. He venido para eso.
-Pues ven, allí mandaré que te pongan clavos en
los zapatos.
Los circunstantes echáronse a reír por la
broma. Pero don Bosco, después de hablar con los
padres, lo recibió en el Oratorio y le tuvo hasta
terminar el bachillerato. Si hoy don Quartero es
un párroco modelo lo debe a aquel providencial
encuentro 1.
1 En una memoria suya, transmitida a don Pedro
Ricaldone por sor Josefina Rinaldi, sobrina
(**Es14.334**))
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