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los daños morales, que causa a los jóvenes la
intemperancia, especialmente en el uso del vino,
recomendó: <>-Necesito ayunar alguna vez para vencer mis
tentaciones y, ya que se me presenta la ocasión,
elijo el día de hoy.
>>Y si las ganas son mayores y mayor la
necesidad de trabajar, se dirá:
<<-Este ayuno y este trabajo hechos con el
estómago vacío valdrán mucho más, porque no lo
elijo yo, sino que así lo dispone el Señor>>.
EN
VALLECROSIA: CONSTRUCCIONES
Los protestantes de Vallecrosia no podían
resignarse a ver frustradas sus equivocadas
esperanzas. El pastor evangélico y el director del
asilo valdense ((**It14.364**))
desahogaron su mal talante en un opusculito
titulado: Unas pocas palabras a los habitantes de
los llanos de Vallecrosia y pueblos circunvecinos.
En él se falseaban la historia, la verdad y el
buen sentido. Su fin era excitar a la población
contra la casa de María Auxiliadora. El Boletín de
julio les respondió a tono, pero se necesitaba una
respuesta más contundente que las simples
palabras.
Los herejes anhelaban obtener que Salesianos e
Hijas de María Auxiliadora abandonaran
Vallecrosia; don Bosco, por el contrario había
discurrido ya la manera de transformar la humilde
capilla en una gran iglesia que bastara para las
necesidades espirituales de los católicos, y
quería proporcionar un decoroso edificio a las
escuelas de ambos sexos. El nuevo obispo, monseñor
Tomás Reggio, continuando la obra de su
predecesor, alentaba la empresa. En una circular
del 12 de junio <>, después de describir al vivo el
peligro de la invasión protestante, hacía una
llamada a la caridad de grandes y pequeños, ricos
y pobres, para que todos contribuyeran
(**Es14.314**))
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