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efecto, basta consultar los catálogos para echar
de ver cómo nunca faltaron nuevas profesiones
trienales.
En la solemne ceremonia de la profesión
religiosa, habló don Bosco, pero no tenemos más
que el exordio de su discurso: <>No se ve aquí claramente
la mano de Dios? Pero hay un lugar de la Sagrada
Escritura en el que el Señor hizo decir:
Multiplicasti gentem, sed non magnificasti
laetitiam (Multiplicaste la gente, pero no
aumentaste la alegría). >>Deberá decirse esto
también de nosotros? Espero que no. Pongámonos
todos muy de acuerdo para que no suceda esto.
>>Sabéis qué se requiere para ello? Una sola
palabra. No quiero deciros muchas cosas para que
sigáis adelante. Basta una sola: Observancia.
Observar ((**It14.363**))
nuestras Reglas. Los institutos religiosos
marcharon siempre bien, mientras hubo observancia.
>>Cuándo decayeron? Cuando ésta comenzó a decaer o
se rompió...>> El comparar, con la humildad de los
comienzos, los progresos hechos por la
Congregación, se convierte cada vez más, por así
decirlo, en su tema obligado, cuando quiere animar
especialmente a los Salesianos jóvenes al amor de
su vocación.
También, en la segunda tanda de ejercicios,
habló don Bosco después de las profesiones. La
crónica nos ha conservado sólo un párrafo sobre la
templanza, calificándolo de oportuno para dar a
conocer su pensamiento con respecto a la práctica
de esta virtud. Hablando de
(**Es14.313**))
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