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por su temperamento, y, al mismo tiempo, de
conciencia cristiana, logró, en pleno régimen
masónico, arrancar a las autoridades todas las
autorizaciones necesarias para una obra tan
abiertamente religiosa. No se limitó a actuar con
la prudencia, que pedían las funestas condiciones
de los tiempos, sino que unió a ella una humilde
reserva, por lo que, sólo después de su muerte, se
conoció plenamente su actuación, mientras otro
pudo pasar como verdadero protagonista, en su
lugar. El Beato, que conocía sus méritos, le
envió varias veces su cordial acción de gracias
por todo lo que había hecho y seguiría haciendo
por el colegio de San Basilio 1
Después del diálogo del arcipreste con el
Obispo, se entablaron las negociaciones con don
Bosco. Esto se hizo mediante una carta redactada
por Vagliasindi 2, pero que hizo suya el
arcipreste, y fue enviada por monseñor al Beato
con fervorosas recomendaciones 3. Pero parece que,
ya en abril, escribió Vagliasindi una carta
privada a don Bosco con los primeros datos sobre
el tema, dándole noticias topográficas del
edificio, morales y económicas, que podían serle
útiles 4. La respuesta llegó pronto y favorable:
el Beato estaba dispuesto a abrir en Randazzo unas
escuelas técnicas y de bachillerato con un
internado y ocuparse también de la enseñanza
primaria; no fijaba, por entonces, nada sobre
asignaciones, pero enviaba el contrato estipulado
con el ayuntamiento ((**It14.351**)) de
Alassio, para que sirviera de norma: dentro de
poco llegaría allí un representante suyo 5. Se
aludía con estas últimas palabras al proyectado
viaje de don Juan Cagliero y de don Celestino
Durando.
El nombre de don Bosco no sonó oficialmente
ante el consejo municipal hasta la sesión del 28
de enero de 1879, por boca del consejero
provincial José Vagliasindi 6, que habló de las
gestiones llevadas a cabo y mereció la aprobación
general.
1 Carta a don Pedro Guidazio a Vagliasindi,
Turín, septiembre de 1882, y don Celestino
Durando, Turín, 24 de octubre de 1884. En una
solemne ocasión, delante de monseñor Cagliero y de
los principales señores de Randazzo, el
imaginativo don Pedro Guidazio, refiriéndose a los
orígenes, llamó públicamente a Vagliasindi el
paraninfo del colegio.
2 El hijo Francisco, entre los papeles de
familia, encontró el borrador autógrafo del padre.
3 Cartas de don Francisco Fisauli al Obispo,
Randazzo, 1 de agosto de 1878, y del Obispo a don
Bosco, Acireale, 2 de agosto de 1878.
4 Esto parece deducirse de papeles domésticos,
cuya visión nos ha facilitado el mencionado doctor
Francisco Vagliasindi, hijo de José.
5 Cartas del arcipreste Fisauli; Randazzo, 8 y
26 de septiembre de 1878.
6 Acta del Consejo municipal de Randazzo, 28 de
enero de 1879. Por su importancia histórica, pues
se trata de la presentación de la obra de don
Bosco en Sicilia, por la nobleza del contenido y
para honrar la memoria del hombre benemérito que
lo pronunció, referimos íntegro el breve discurso
en el Apéndice, Doc. núm. 44.
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