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((**Es14.303**) por su temperamento, y, al mismo tiempo, de conciencia cristiana, logró, en pleno régimen masónico, arrancar a las autoridades todas las autorizaciones necesarias para una obra tan abiertamente religiosa. No se limitó a actuar con la prudencia, que pedían las funestas condiciones de los tiempos, sino que unió a ella una humilde reserva, por lo que, sólo después de su muerte, se conoció plenamente su actuación, mientras otro pudo pasar como verdadero protagonista, en su lugar. El Beato, que conocía sus méritos, le envió varias veces su cordial acción de gracias por todo lo que había hecho y seguiría haciendo por el colegio de San Basilio 1 Después del diálogo del arcipreste con el Obispo, se entablaron las negociaciones con don Bosco. Esto se hizo mediante una carta redactada por Vagliasindi 2, pero que hizo suya el arcipreste, y fue enviada por monseñor al Beato con fervorosas recomendaciones 3. Pero parece que, ya en abril, escribió Vagliasindi una carta privada a don Bosco con los primeros datos sobre el tema, dándole noticias topográficas del edificio, morales y económicas, que podían serle útiles 4. La respuesta llegó pronto y favorable: el Beato estaba dispuesto a abrir en Randazzo unas escuelas técnicas y de bachillerato con un internado y ocuparse también de la enseñanza primaria; no fijaba, por entonces, nada sobre asignaciones, pero enviaba el contrato estipulado con el ayuntamiento ((**It14.351**)) de Alassio, para que sirviera de norma: dentro de poco llegaría allí un representante suyo 5. Se aludía con estas últimas palabras al proyectado viaje de don Juan Cagliero y de don Celestino Durando. El nombre de don Bosco no sonó oficialmente ante el consejo municipal hasta la sesión del 28 de enero de 1879, por boca del consejero provincial José Vagliasindi 6, que habló de las gestiones llevadas a cabo y mereció la aprobación general. 1 Carta a don Pedro Guidazio a Vagliasindi, Turín, septiembre de 1882, y don Celestino Durando, Turín, 24 de octubre de 1884. En una solemne ocasión, delante de monseñor Cagliero y de los principales señores de Randazzo, el imaginativo don Pedro Guidazio, refiriéndose a los orígenes, llamó públicamente a Vagliasindi el paraninfo del colegio. 2 El hijo Francisco, entre los papeles de familia, encontró el borrador autógrafo del padre. 3 Cartas de don Francisco Fisauli al Obispo, Randazzo, 1 de agosto de 1878, y del Obispo a don Bosco, Acireale, 2 de agosto de 1878. 4 Esto parece deducirse de papeles domésticos, cuya visión nos ha facilitado el mencionado doctor Francisco Vagliasindi, hijo de José. 5 Cartas del arcipreste Fisauli; Randazzo, 8 y 26 de septiembre de 1878. 6 Acta del Consejo municipal de Randazzo, 28 de enero de 1879. Por su importancia histórica, pues se trata de la presentación de la obra de don Bosco en Sicilia, por la nobleza del contenido y para honrar la memoria del hombre benemérito que lo pronunció, referimos íntegro el breve discurso en el Apéndice, Doc. núm. 44. (**Es14.303**))
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