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fuego el maestro del ayuntamiento que se había
quedado sólo con dos alumnos. Intervino el
delegado provincial de enseñanza y presentó
denuncia a la administración provincial, que
denunció al abate Vincent ante la autoridad
judicial por dos causas a su cargo. La primera,
por haber tenido abierta una escuela libre, sin la
debida autorización, por lo que fue citado a
comparecer ante el tribunal correccional civil de
Saint-Julien, cabeza de partido del distrito. La
segunda por haber introducido en la escuela como
profesores o como vigilantes o asistentes a dos
extranjeros, a saber, el conde Cays y un clérigo.
Por esta segunda causa el gobernador de Annecy
ordenó la inmediata clausura de la escuela; pero,
como no se podía acudir a una medida tan
draconiana sino por razón de moralidad pública, se
aplicó ésta a la presencia de extranjeros, como si
ello tendiese a poner las escuelas bajo la
dirección de personas que no ofrecían suficientes
garantías. Así, el 8 de diciembre, el Director
despidió a los alumnos, diciéndoles que la escuela
se cerraba hasta nuevo aviso. Además, el tribunal
condenó al abate Vincent a pagar veinticinco
francos de multa y fue inhabilitado para abrir
escuelas públicas. Entonces el comendador no
acababa de ((**It14.342**))
insistir para que a toda prisa se buscara a otro
individuo francés y titulado para poder reanudar
la enseñanza.
Conocidos estos desgraciados sucesos y también
las dificultades económicas de la casa, don Miguel
Rúa opinaba que el Director fuese a hablar con don
Bosco sobre las decisiones a tomar. <>.
Dos cosas inducían a don Bosco a esta solución.
Ante todo, la imposibilidad de poner al frente un
sacerdote Salesiano, verdad es que bastaba nombrar
a otro como director ante las autoridades,
apareciendo los demás miembros de la casa como sus
súbditos, pero don Bosco consideraba el peligro de
que éste, no resignándose a hacer de pantalla,
quisiera también actuar realmente como superior
efectivo. Por otra parte, después de las diatribas
ante los tribunales, las autoridades estarían ojo
avizor sobre los Salesianos, de modo que
fácilmente se enterarían de si había miembros de
la Congregación y forasteros y seguirían poniendo
trabas. <(**Es14.296**))
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