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dinero y atenciones. La mayor dificultad, que don
Bosco ponía para la aceptación, era la falta de
autonomía. El Príncipe, que había hecho lo posible
y lo imposible para eliminar esta dificultad,
aseguraba ahora que, en lo referente a la
disciplina, se dejaría a los Salesianos
completamente libres e independientes. Don Bosco
contestó que aceptaba en principio y que los
Salesianos se sentían muy honrados por tanta
confianza como se ponía en ellos. He aquí, a este
propósito, las ideas de don Bosco, tal y como se
leen en el borrador de la respuesta al Príncipe 1.
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Excelentísimo señor Príncipe Gabrielli:
Algunos quehaceres de los días pasados me
impidieron tener el gusto de contestar rápidamente
a su respetable carta del 4 del corriente mes de
junio.
Empiezo por rendir humildemente gracias a V. E.
y a toda la administración del Hospicio de San
Miguel, que se dignó dirigirse a la Pía Sociedad
de San Francisco de Sales para el servicio de este
glorioso Instituto.
Yo quisiera que esa respetable administración
alcanzase su fin y que, por mi parte, estuviese
también en condiciones de cumplir sus deseos.
Convendrá, pues, que me explique la parte más
esencial de su carta, a saber: Confiar la
dirección de los jóvenes y su inmediata
dependencia y vigilancia.
Estas bases son muy aceptables en principio y
yo entiendo traducirlas a la práctica en este
sentido:
1.° La administración ejerce su autoridad en
todo lo que se refiere a finanzas, personal
correspondiente, compras, ventas, construcciones,
reparaciones y demás cosas de esta clase.
2.° El sacerdote Bosco proporcionará Director,
Ecónomo, Prefectos, Portero, Jefes de taller,
Maestros de escuela y el servicio que fuera
necesario para asegurar la disciplina, la
moralidad y el aprendizaje profesional de los
alumnos. Y, para este personal, se establecerá un
sueldo razonable individual o una cantidad global.
3.° La administración proporcionará una
cantidad diaria o mensual, en razón del número de
alumnos que tiene intención de aceptar en el
Instituto.
4.° El Director del internado es responsable de
todo lo que se refiere al Instituto y recibe a los
alumnos según las condiciones, que establezca la
administración.
El mismo Director está dispuesto a conservar en
su respectivo cargo a las actuales personas de
servicio y a los jefes de taller, según determine
la administración, atendiendo al mérito y a la
conveniencia.
De este modo la administración tendría todas
las ventajas económicas que desea, conservaría
intacto el fin del Instituto y ejercería su plena
autoridad, mientras la Sociedad Salesiana podría,
a su vez, poner en práctica todos los medios que
le son indispensables, para alcanzar su fin. En
nuestras casas se sigue un sistema disciplinar muy
especial, que llamamos preventivo, con el que
nunca se acude al castigo o a la amenaza. Los
modos benévolos, la razón, la amabilidad y una
vigilancia muy particular
1 A pesar de las minuciosas y diligentes
pesquisas hechas en Roma, no fue posible encontrar
la carta enviada al Príncipe. Las muchas
correcciones, hechas por el Beato en el esquema
que tenemos, nos permite creer que contiene el
texto definitivo.
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