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MODENA
Comenzaremos por Módena, la primera ciudad
donde los Cooperadores tomaron espontáneamente la
iniciativa de preparar y celebrar una conferencia
salesiana 1. Una comisión promotora de las obras
de don Bosco en Módena, decía en una invitación
repartida en 1894, que hacía tiempo que todos los
buenos deseaban la fundación de un instituto
salesiano en Módena. íSí, por cierto! Y de tiempo
mucho más remoto que el que se figuraban aquellos
buenos amigos. En efecto, la primera idea se
remontaba al 21 de marzo de 1875. Don Bosco,
huésped del conde Tarabini 2, informado de la
extrema necesidad que allí se sentía de abrir un
oratorio festivo para poner dique a la inmoralidad
de los hijos del pueblo, declaró que no rehusaría
atender aun personalmente a aquellos ciudadanos,
cuando se pudiese poner manos a una obra tan
benéfica. Desgraciadamente escaseaban los medios
económicos; pero la vista del mal, que progresaba
entre la clase humilde de la sociedad, indujo al
conde, en enero de 1877, a preguntar al Beato si
juzgaba oportuno emprender alguna obra 3. La
respuesta fue favorable, pero dilatoria. En 1879,
año de la ((**It14.307**))
conferencia, algunos celosos cooperadores
eclesiásticos y seglares atendían un oratorio
festivo, según el método de don Bosco y deseaban
poderlo entregar cuanto antes a los salesianos.
Pero el Beato, los animó a seguir, porque él tenía
por entonces demasiada carne en el asador.
Para otro asunto le acosaba con sus ruegos el
Arzobispo de Módena, monseñor José Guidelli,
Quería éste que el Siervo de Dios le ayudara a
restablecer el colegio episcopal o seminario menor
de Finale Emilia, cerrado desde hacía siete años.
Don Bosco se declaró dispuesto a servirlo, pero
pidió tiempo. Monseñor insistía en 1879 con cartas
cada vez más apremiantes, aduciendo que la
necesidad urgía; por lo cual, don Bosco, previendo
que no podía contentarlo tan pronto, le contestó,
por un intermediario en junio, que los malos
tratos de las autoridades estatales le impedía cu
plir su buen deseo con la solicitud que se le
pedía. Sólo en 1913, dieciséis años después de la
1 Véase más atrás, págs. 99-100.
2 El conde Fernando Tarabini, que había sido
Consejero de Estado y Ministro del Duque de
Módena, había conocido a don Bosco en Roma en
1867, en casa del conde Vimercati, la tarde del 13
de enero. Escribe el conde en su diario sobre el
Beato: <>.
De entonces en adelante, don Bosco, en sus paradas
en Módena, acudía con toda confianza a su
hospitalidad, señal evidente de que entre ellos,
no había habido la vulgar e indiferente relación
de un simple encuentro en Roma. El noble señor se
sentía muy honrado al recibirlo en su casa, como
se echa de ver por las notas del referido diario.
3 Carta a don Bosco, Módena, 2 de enero de
1877.
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