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sabe que hoy los misioneros no aumentan y que
difícilmente se encuentra quien quiera ir al otro
hemisferio por la propagación de la fe. Don Bosco
necesita jóvenes... y el resto piénsenlo ustedes,
señores.Junten los dos hechos, deduzcan las
consecuencias y tendrán el vislumbre de la
verdad>>.
La primera conjetura de la verdad es, por el
contrario, muy distinta. Foglino ingresó en el
Oratorio en noviembre de 1871; las incitaciones
para que fuera a Turín eran las invitaciones, que
le hicieron en las vacaciones de 1875 para
inscribirse en la sociedad, junto con muchos de
sus condiscípulos, lo cual demuestra el buen
concepto en que era tenido aquel año. Se había
hablado mucho en el Oratorio de Misiones, porque
había mucha animación con los preparativos de la
primera expedición. Dudando si tenía que tomar la
sotana clerical en Turín o en el seminario de
Acqui, el joven profirió las palabras mencionadas,
que sólo tienen el valor que entonces podían
tener. Una segunda conjetura es que entonces, como
hoy, no se mandaba a nadie a tierras lejanas, sin
que él hiciera petición formal por escrito. Y es
un tercer vislumbre que, del 1875 al 1878,
corrieron tres años, en los cuales Foglino tuvo
comodidad para ver, pensar y decidir. Cum essem
parvulus loquebar ut parvulus, sapiebam ut
parvulus, cogitabam ut parvulus 1. Pero el engaño
del periódico aparece en que con la frase ambigua
<> se daba a entender a los lectores que
Foglino había hablado así después del sorteo
militar, es decir, cuando ya llevaba tres años de
clérigo y había emitido los votos religiosos.
El periódico del abogado Scala 2 replicó al día
siguiente con un suelto humorístico. La polémica
periodística se reanudó el 22 y el 23 de
noviembre. La Cronaca daba largas al asunto;
((**It14.299**)) pero,
de su andarse por las ramas, surgen los puntos
útiles, no tanto para la crónica del momento,
cuanto para la historia. El primero es una
aclaración, descubriendo claramente de dónde
partía la guerra y el motor de la misma.
<>. Y, después de una serie de preguntas
retóricas a las autoridades de por qué no se
movían, el articulista levantaba una mampara que
ocultaba
1 SAN PABLO, I Cor., XIII, 11: Cuando era niño,
hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba
como niño.
2 Corriere di Torino, núm. 272 del 2 de
noviembre de 1879.
(**Es14.259**))
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