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vuestras molestias en su Corazón, dejadle hacer y
El lo arreglará todo.
Estad siempre alegres, siembre de buen talante;
cuando no sepáis cómo hacer, id a sor Magdalena 1,
haced lo que ella os diga y quedad tranquilas.
Tenéis, además, un buen Director, por lo que no
debéis pasar apuros. Procurad obedecerle. Me decís
que tenéis mucho trabajo y yo me alegro muchísimo
de ello, pues el trabajo es padre de la virtud:
trabajando no hay antojos en la cabeza y siempre
se está alegre. Al tiempo que os recomiendo el
trabajo, os recomiendo también que cuidéis la
salud, y encomiendo a todas que trabajéis sin
ninguna ambición, y sólo para agradar a Jesús.
Quisiera que infundierais en el corazón de todas
el amor a los sacrificios, el desprecio de sí
mismas y el desapego de la propia voluntad. Nos
hemos hecho religiosas para ((**It14.257**))
asegurarnos el paraíso; mas, para ganar el paraíso
hacen falta sacrificios. Llevemos la cruz con
valentía y un día estaremos contentas>>.
Tal vez acababa de llegar a su destino esta
carta de la Madre General, cuando don Santiago
Costamagna después de una misión predicada en Las
Piedras, escribía a don Bosco:
<>Cómo hubiéramos
podido seguir adelante, sin la ayuda de los
catequistas y de las catequistas? Así es que,
mientras nosotros seguíamos en el confesonario,
los clérigos (Rota, Chiara y Baccigalupi) y cuatro
Hermanas estaban continuamente ocupados en
instruirlos, a poca distancia de nosotros, y nos
los enviaban tan bien preparados que a muchos les
saltaban grandes lagrimones>> 2.
Dos veces fue el Beato a Nizza. La primera para
la fiesta de la
1 Sor Magdalena Martini, Inspectora (Véase Vol.
XIII, págs. 192 y 672).
2 Carta, Buenos Aires, 19 de agosto de 1879.
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