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Obispos y Arzobispos suspender de la confesión a
los confesores Regulares, excepto por causa
concerniente a la confesión>>.
Esta disposición, que venía tan a la medida de
su deseo, animó a don Juan Bonetti a intentar el
recurso; ya que la causa de su castigo era una
carta, y no la confesión. Además, quedaba también
por ver si la carta constituía delito. A su
parecer, ((**It14.234**))
estaban aquí de por medio la licitud y la
justicia. Con todo, en el caso presente y en aquel
momento, había que tener por válida la suspensión;
por consiguiente, el domingo siguiente, 16 de
febrero, fue a Chieri, muy de mañana para confesar
a las chicas, don José Leveratto, prefecto del
Oratorio; el Director fue por la tarde para dar el
catecismo y predicar.
Este, queriendo ocultar delicadamente sus
repetidas ausencias en los domingos sucesivos,
anunció que tenía que acompañar a don Bosco a Roma
y despachar allí algunos asuntos que interesaban
al oratorio de Santa Teresa; recomendaba, pues,
que se rezase por el feliz resultado. Este fue el
motivo por el que, improvisamente, don Juan
Bonetti sustituyó al conde Cays para acompañar a
Roma a don Bosco.
Partió, como ya hemos contado. Fue entonces
cuando Monseñor hizo aquellas visitas inesperadas
al Oratorio de Valdocco y al colegio de Valsálice,
para asistir a representaciones dramáticas.
Sabemos la gran sorpresa que despertaron tales
novedades y cómo fueron diversamente
interpretadas. En cambio, agradó a todos la
inesperada condescendencia con que, en las
ordenaciones de cuaresma, admitió a recibir las
órdenes menores, el subdiaconado y el diaconado a
un grupo de Salesianos. No había razones para
negarlas, pero se estaba tan acostumbrados a
dificultades y negativas a última hora que,
ordenandos y no ordenandos, se alegraron ante la
insólita condescendencia. Hay más, terminada la
ceremonia, devolvió incluso graciosamente a los
ordenados sus velas. Y no basta. Habiendo ido el
joven Francisco Scaloni, futuro Inspector
Salesiano 1, a devolver los ornamentos sagrados a
la sacristía, Monseñor, así que lo vio, lo hizo
llamar y le dijo:
-Tú eres el que hiciste el papel de San
Pancracio... íBien!
Y le regaló una estampa. En conclusión,
corrióse la voz de que quería finalmente
reconciliarse con el Oratorio.
Don Juan Bonetti llegó a Roma el 2 de marzo y
el día 6 presentó al Padre Santo, por medio de la
Congregación del Concilio, recurso formal contra
el proceder del Arzobispo con respecto a él.
((**It14.235**)) Acerca
del percance ya don Bosco había informado en
febrero sucintamente
1 Fue el primer Inspector de Bélgica y luego de
Inglaterra y Holanda (N. del T.).
(**Es14.206**))
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