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((**Es14.19**)((**It14.11**)) CAPITULO I EL BEATO VISITA LAS CASAS DE FRANCIA EL creciente desarrollo de las Obras salesianas en Italia y en Francia obligaba a don Bosco a ausencias cada vez más frecuentes y prolongadas, bien para visitar las casas recién fundadas, bien para entrevistarse con los promotores y bienhechores; pero, sobre todo, necesitaba no perder nunca de vista a Roma, donde se ventilaban para la Congregación los mayores intereses con respecto a su porvenir. Poseía la suerte de tener en Turín quien hacía sus veces muy bien. La experiencia de los últimos años había sido más que suficiente para demostrarle que podía descansar tranquilo en la madurez de don Miguel Rúa. Efectivamente, no hubiera podido desear un hijo más devoto, un intérprete más fiel, un trabajador más incansable y más inteligente, un espíritu más iluminado, un superior cuya autoridad fuese más indiscutible, un hombre, en fin, que, totalmente consagrado a la misión de don Bosco y penetrado de sus ideas, fuera más capaz, no sólo para llevar las riendas del Oratorio, sino también para representar dignamente la persona del Fundador en toda clase de asuntos. Por esto, también en 1879, don Bosco se ausentó repetidas veces y, por tiempo notable, de ((**It14.12**)) la casa madre, sin preocuparse para nada de las consecuencias que de su ausencia se pudieran derivar. Por tanto, vamos a seguirle, a lo largo de los cuatro siguientes capítulos, por Francia, Liguria, Toscana y Roma; y a la vuelta, per aliam viam (por otro camino) a Valdocco. Realmente, si hubiera pedido consejo al médico, el Siervo de Dios no se habría expuesto en la estación invernal a las incomodidades, a las fatigas y a los excesivos trabajos que le esperaban en tan largo peregrinar; pero, cuando se trata de hombres elegidos por Dios para llevar a cabo en el mundo obras grandiosas para su gloria, es lícito repetir en cierto sentido, que convaluerunt de infirmitate, recibieron fuerza cuando estaban agobiados de cansancio 1, tan firmes se mostraron ante todas las influencias adversas. 1 Hebr. XI, 34-2.(**Es14.19**))
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