Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es14.188**) que los documentos unidos a los procesos son poco leídos, y menos aún examinados, y que, de ordinario, en semejantes Comisiones, los relatores dan la razón al Gobierno y los comisarios a los relatores; sin embargo, entregando aquellas dos cartas a cada uno de los que componían su Comisión, los ponía en condición de informarse sumariamente y de tomar la palabra en la sesión, refutar los argumentos del relator y saber a qué atenerse en la votación. Parecía que todo estaba preparado para que la sesión tuviese lugar a mediados de julio; pero fue aplazada hasta noviembre, porque la mayor parte de los Comisarios estaba de vacaciones. Se tuvo, pues, el 29 de aquel mes. La causa de don Bosco fue derrotada, especialmente por las perversas insinuaciones de Abignente. Dos miembros de la Comisión defendieron a don Bosco y el barón Celesia luchó abiertamente en su favor, pero todo fue inútil 1. El dictamen, después de una larga serie de teniendo en cuenta que y de considerando que, el último de los cuales era que el decreto ministerial no impedía a don Bosco volver a abrir sus escuelas, siempre que se conformase a la ley, terminaba sentenciando que, el recurso contra el decreto de la clausura no merecía ser atendido. El día 22 de diciembre firmó el Rey el decreto, rechazando el recurso, y así acabó la laboriosa controversia. Pero no tuvieron fortuna los hombres que la provocaron. El honorable Coppino salió casi en seguida del Ministerio. ((**It14.214**)) Minghelli Vaini, Gobernador de primera clase en Turín, fue trasladado a Catania, de tercera clase, después a Lecce, y, por último, pasó a la reserva; Nicomedes Bianchi, que manejó todo el asunto, fue bonitamente destituido de su cargo; el Delegado Rho, que tenía tanto miedo de ir a Sicilia, recibió en 1880 la orden de traslado a la Delegación de Palermo. Recurrió, no se incorporó; pero, al poco tiempo, fue destituido del cargo y perdió el sueldo, de suerte que, perdida casi la razón, se retiró a su pueblo natal. Su hermano sacerdote, aquejado de apoplejía, pasó largo tiempo clavado en el lecho. Para concluir la dolorosa historia, añadiremos que durante las medidas vejatorias cierto profesor, Castelli, se presentó a don Bosco con propuestas y documentos tales como para arrojar en el fango al pobre Delegado; pero don Bosco rehusó echar mano de semejantes medios, calificándolos de indignos de una alma cristiana. A pesar de todo, personalmente el señor Rho, aunque había cometido aquellos actos, nunca tuvo motivos para quejarse de don Bosco, después de cuya muerte recordaba <> y tenía a gala llamarse <(**Es14.188**))
<Anterior: 14. 187><Siguiente: 14. 189>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com