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estos talentos y se los encaminaba a la carrera de
las ciencias superiores. Muchos de éstos, gracias
a la ayuda del Instituto, a becas provinciales
ganadas, y a otras instituciones benéficas,
pudieron matricularse en las Universidades,
provistos de todos los títulos exigidos por la
ley, hacer en ellas sus estudios y ahora dan buena
prueba de su gran valer en sus cátedras o con sus
escritos. Sólo por brevedad, se callan aquí sus
nombres, mas se pueden manifestar ante cualquier
requerimiento de la Autoridad pública.
Hay otros, y no pocos, de familias acomodadas
venidas a menos, que no pudiendo, por razones de
conveniencia, mezclarlos con los de la primera
categoría, se les orienta hacia una carrera más
apropiada con su condición. Para responder a las
exigencias de estas dos últimas categorías de
alumnos, hubo necesidad de dar a las escuelas del
Oratorio el carácter de la enseñanza media. Este
fin especial, como se comprende, no sólo no se
opone, sino que cumple mejor aún el fin general de
beneficencia al que se orienta este Oratorio.
Respuesta a la 2.¦ pregunta: -Los muchachos del
Oratorio dedicados a artes u oficios o a diversos
trabajos del Instituto son quinientos diez. Los
que frecuentan las clases secundarias, como consta
en la nota entregada al señor Delegado, son cerca
de trescientos. Quizá es superfluo advertir que en
estos números hay siempre cierta fluctuación,
pues, casi cada semana hay muchachos que, por
diversos motivos, salen del Instituto, y otros que
ingresan. En otoño y en invierno, por razones
fáciles de comprender, el número de internos es
mayor, mientras que disminuye en verano.
Con respecto a los clérigos hay que advertir
dos cosas:
1.° Que en el Oratorio no hay un curso regular
de estudios filosóficos, sino que a los jóvenes,
ocupados en el cargo de asistentes o en otros
trabajos en el Instituto y que tienen intención de
consagrarse al estado eclesiástico, se les da,
durante el tiempo y de la manera que ((**It14.209**)) lo
permite la condición del Instituto, las enseñanzas
para asistir en los talleres, dormitorios, etc.,
catequizar a los niños, dar clases nocturnas de
literatura, de música vocal e instrumental y para
desempeñar otras ocupaciones semejantes necesarias
al Instituto y requeridas por su vocación.
2.° Que no todos los clérigos que moran al
presente en el Oratorio o en otros colegios
fundados por don Bosco, proceden de las escuelas
del Oratorio de Turín; sino que los más fueron
alumnos de otros Colegios o Seminarios, los
cuales, deseosos de asociarse a don Bosco en las
diversas obras de beneficencia que lleva entre
manos, vinieron a someterse a su obediencia. Esto
se echa de ver claramente en el cuadro siguiente
con que respondemos a la pregunta hecha.
Los clérigos, que en el sentido expuesto
atienden al estudio de la filosofía en el Oratorio
Salesiano, son veinticinco; diecisiete de ellos
cursaron el bachillerato en otros institutos, y
sólo ocho fueron alumnos del Oratorio. Hay doce
estudiantes de Teología, cinco de los cuales
proceden de otros Institutos.
Pasando ahora a la tercera pregunta, un
artículo del Reglamento del Instituto dice: <>.
En fuerza de este artículo sucede que no todos
los albergados en el Oratorio Salesiano están
gratuitamente, sino que algunos pagan una pequeña
pensión mensual o anual, según sus posibilidades o
las de sus parientes. Lo cual no quita que,
atendida la condición de las personas que viven en
este Oratorio, la mayor parte de los gastos
carguen sobre el mismo, como consta por el detalle
siguiente:
Muchachos internos, ochocientos diez. Plazas
gratuitas, cuatrocientas cincuenta.
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