((**Es14.163**)((**It14.183**)) En el
ínterin, el Delegado Provincial de Enseñanza, Rho,
había cometido una verdadera imprudencia, bajando
a la liza periodística para romper públicamente
una lanza contra el Oratorio; una autoridad
escolástica, que se pone tan al descubierto,
invita al público a juzgar su actuación. Por esto,
nos explicamos perfectamente cómo la Unit…
Cattolica, invitada según derecho a publicar una
carta suya, declaraba, no sin intención, que lo
hacía <>. Su caballo de batalla
era siempre que el colegio de don Bosco era <>. Y, puesto que don Bosco, en
la reapertura de las escuelas para el curso
1877-78, había pedido directamente al ministerio
de Instrucción Pública se le autorizase al menos
por un trienio valerse de profesores sin el
diploma legal, creyó el Delegado poderle pillar en
abierta contradicción, demostrando hasta la
evidencia, decía él, que con esta su petición él
mismo reconocía la índole privada y no paterna de
su instituto. En segundo lugar, el Delegado
acusaba a don Bosco de falsedad, porque, viéndose
acorralado, había enviado una lista de profesores
que no acudían a dar clase ni poco ni mucho 1.
Don José Bertello, que dirigía las escuelas del
Oratorio 2; contestó al Delegado en el mismo
diario con dos artículos. En el primero demostraba
que la casa de don Bosco era un instituto paterno
y, por lo mismo, no estaba sujeto a las normas que
gobernaban los institutos privados. No había
asociación de padres de familia, como pedía la
ley;
pero estaban los muchachos sin padre y quien los
albergaba en su casa con amor y solicitud paterna.
Durante más de treinta años, es decir, hasta 1876,
el Gobierno le había dejado actuar como se lo
permitían sus propios medios y le inspiraba su
caridad. Para abrir un bachillerato privado, don
Bosco, según el artículo 247 de la ley Casati,
habría tenido que presentar una declaración
escrita con su intención al Delegado Provincial de
Enseñanza: nunca se había cumplido ((**It14.184**)) esta
formalidad, y nunca había llegado reclamación de
ninguna clase. íHecho muy singular, para unas
escuelas clandestinas, treinta años de existencia
sin molestia alguna! Se objetaba que don Bosco
había pedido autorización temporal para tener
profesores no reconocidos legalmente, y era
verdad; pero eso fue cuando la autoridad
escolástica le había intimado de improviso el aut
aut (una de dos): o entregar la lista de los
profesores aprobados o cerrar el centro. Fue
entonces cuando don Bosco, como último remedio,
elevó una súplica pidiendo
1 Unit… Cattolica, 22 de julio de 1879.
2 Ibídem, 24 y 25 de julio.
(**Es14.163**))
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