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Aquello fue como un golpe sonoro que repercutió en
el vacío. íFuera!
-íEsa no es ninguna razón!, exclamó la señora
rechazando el golpe.
Y decía muy bien; en efecto, desde aquel
momento sus dudas fueron en aumento, pues ya
rumiaba, desde algún tiempo, la idea de hacerse
católico. Pero, >>cómo librarse de las garras de
sus maestros? Y, después, >>dónde encontrar
refugio? Los padres habían muerto y todos sus
parientes eran herejes. La Providencia vino en su
ayuda. Un buen católico, informado de su estado de
ánimo, le facilitó la salida y lo entregó a don
Bosco.
Frisaba en los quince años. Se le instruyó a
fondo y el 22 de mayo por la tarde, antes de la
función religiosa de costumbre, hizo la abjuración
pública y recibió el bautismo sub conditione en el
santuario de María Auxiliadora, atestado de
público. Celebró la ceremonia monseñor Tammi,
vicario general de Piacenza, huésped del Oratorio
aquellos días; fueron padrinos el marqués Scarampi
y la marquesa Fassati. Y se impuso al neófito el
nombre de León, como homenaje al Pontífice
reinante. Monseñor Belasio subió después al
púlpito, y el bautismo le sirvió de punto de
partida para ensalzar en aquella solemnidad las
glorias del apostolado católico, desde el día de
la Ascensión hasta llegar a la actividad
apostólica de los Salesianos. Doble orden de
ideas, que después desarrolló ampliamente en un
volumen de las Lecturas Católicas, que dedicó a
los dos nobles personajes mencionados, para
perpetuo recuerdo del rito celebrado 1.
Los valdenses no se resignaron al fracaso
sufrido. El pastor evangélico y el director del
asilo valdense, que había dado cinco años
hospitalidad al joven, publicaron un libelo donde
afirmaban que los superiores de la casa de María
Auxiliadora, aprovechándose de su miseria, lo
habían pervertido, como habían intentado hacer con
otros tres alumnos del mismo hospicio. Además, los
protestantes, en su periódico Le Témoin, se
lanzaron contra el convertido con tales
mordacidades ((**It14.132**)) y
villanías como para dejar tamañitas a las rameras,
cuando montan en cólera. León, puso las cosas en
su punto 2 en una carta abierta, que don Juan
Bonetti le ayudó a preparar.
Una novedad fue la conferencia para las
Cooperadoras salesianas, que tuvo lugar la víspera
de la solemnidad de María Auxiliadora. Se
reunieron doscientas, con el ceremonial
acostumbrado, pero, en lugar
1 BELASIO, íNo tengamos miedo! Tenemos el
milagro del apostolado católico de dieciocho
siglos y sus siempre nuevas y hermosas esperanzas.
Fascículo 322, agosto 1879.
2 Bollettino Salesiano, julio 1879.
(**Es14.120**))
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