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((**Es13.855**) podría obtenerme, como me lo había prometido la otra vez, una audiencia privada con el Padre Santo: me dijo que sí, y él mismo extendió la petición a monseñor Francisco Ricci, diciéndome que probablemente sería para el jueves 1, porque es el día en que suele dar audiencia privada a los forasteros, cuando no se trata de asuntos... 17. Hasta ahora ninguna respuesta. Hoy fui a comer con mi primo y ícosa singular! allí estaba el P. Cándido, un capuchino con quien había. hecho mi confesión general para prepararme a esto de Roma cuando lo creía inminente en junio de 1868. Fui a Araceli para visitar al P. M. de Rignano: pero no estaba allí, porque había sido nombrado Obispo de una provincia de Nápoles... Visité al señor Deshortiez, canciller de la Embajada Francesa a quien encontré camino de Francia en octubre de 1867. Me recibió con mucha cortesía y cordialidad, celebró el recuerdo que conservaba de él y me enseñó cómo hacer para lograr más fácilmente la audiencia del Padre Santo: ir a monseñor Ricci y (si no le encontraba) a su secretario, decirle que se terminaba mi permiso, que (no pudiendo hacerme apoyar por ningún representante de mi gobierno), me veía obligado a representarme por mí mismo y que, deseando besar los pies del Padre Santo y recibir su bendición antes de partir, le rogaba perdonarme si abusaba de su bondad para que recomendara a S. E. mons. Ricci mi petición. 19. Ninguna respuesta sobre la audiencia pontificial. Pero mi primo me dijo que, hasta pasado mañana, no hay audiencia, y que me hizo recomendar a mons. Ricci por don Bosco, que iba esta mañana a él. Pudiera darse que tuviera la respuesta mañana. (Más tarde). Voy a mi primo y, al salir, me encuentro con don Bosco, el cual me dice que ha hablado de mí a mons. Ricci y me aconseja ir a él mañana en su nombre; que seré recibido. íCosa singular! Don Bosco ha salido de Turín el mismo día que nosotros; llega el día que Pedro pide la audiencia para mí, se hospeda en su casa y se convierte en intermediario, para hacerme recibir por el Papa, ante mons. Ricci, el cual de ordinario, no recibe a nadie. Pensando después cómo hacer, si tras de insistir a Mons. Ricci sobre el fin de mi visita, no me diese la audiencia, me viene enseguida a la mente que, si no ((**It13.1010**)) soy recibido, el intermediario para presentar el escrito es don Bosco, el cual es tenido en concepto de santo por Pío IX, ve al Papa cuando quiere y, residiendo en Turín, podría decirme con seguridad si el escrito fue entregado o no. íBendito sea el Señor! 20. Fui al Vaticano para hablar con mons. Ricci. No estaba; y aquel día no iba; pero hablé con el secretario, el cual, al oír que mi permiso era limitado, casi me prometió que sería recibido el viernes o el sábado por la mañana. 22... Al llegar a casa me encontré con la carta de aviso de que el Papa me recibía en audiencia, al día siguiente por la mañana, a las 11. En la eventualidad de tener que confiar a don Bosco el encargo de que hablo arriba el abogado Tancredo Canónico había escrito la siguiente presentación del mensaje de que era depositario: A Su Santidad el Papa Pío IX, Padre Santo, no habiendo el Señor concedido que yo me presente personalmente a Vuestra Santidad, me permito transmitirle por medio del reverendísimo don Bosco el escrito adjunto, que estoy encargado de hacer llegar a las propias manos de Vuestra Santidad. Al levantar, desde el fondo del alma, mi pobre pero fervorosa plegaria a nuestro Padre Celestial por la prosperidad temporal y eterna de Vuestra Santidad, beso humildemente sus pies e imploro su apostólica Bendición. 1 El día 15 era viernes. (**Es13.855**))
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