((**Es13.848**)
59 (El original en francés)
Carta del abate Roussel a don
Bosco
Muy Rvdo. Padre:
Después de tantos pasos dados por una y otra
parte, un contrato firmado y una palabra dada, yo
esperaba que la fundación de Auteuil no
experimentaría más obstáculos o tardanzas.
La carta que usted ha tenido el honor de
escribirme el 10 de febrero último, me hace pensar
lo mismo que al Arzobispado, que yo me he
equivocado, y que usted desea, por el contrario,
recobrar su libertad y devolverme la mía.
((**It13.1001**)) En
tal caso, ruégole, M. R. Padre, me diga que usted
ha anulado su contrato y yo romperé el mío.
Le suplico acepte, M. R. P., con mi profundo
pesar, la nueva expresión de mi afecto y mis
respetuosos sentimientos en N. S. J.
París, 2 de marzo de 1879.
El abate ROUSSEL
P. D.: Mis respetuosos saludos para don Miguel
Rúa y don Carlos Cays: su recuerdo no se borrará
tan pronto en Auteuil. Me encomiendo a sus
oraciones y también a las de usted, M. R. P.
L. R.
60 (El original en
francés)
Carta del conde Cays al
abate Roussel
Muy Rvdo. Abate:
El reverendo don Bosco me envía desde Roma su
honorable carta del 2 de los corrientes y me
encarga le responda lo antes posible en el
siguiente sentido.
El sería muy feliz si viese desaparecer la
dificultad que se presenta para el cumplimiento de
un acuerdo entre ustedes. No es que le falte buena
voluntad, ni tampoco que quiera revocar la validez
ni la trascendencia de su firma. Solamente desea
que yo le explique y me encargue de escribirle que
para la instalación de nuestra Congregación en
Auteuil hay esta doble necesidad:
1.° Que, como Congregación Religiosa, tenga
asegurada su residencia de una forma permanente,
es decir, sin la condición, que usted le indicaba
como procedente de S. E. el Cardenal Arzobispo de
París, de que su instalación no se hiciera más que
como un ensayo provisional, por lo que le sería
muy difícil abrir allí una casa de formación.
2.° Que esta instalación se haga con pleno
consentimiento y beneplácito del Ordinario.
Como usted ve, todo se reduce a obtener el
asentimiento de S. E. el Arzobispo, para que los
Salesianos se puedan establecer en Auteuil, no
como un ensayo provisional, sino de una forma
estable, y con el aliento total del Superior
Eclesiástico. Desde el principio de esta
correspondencia epistolar, que tanto me ha
agradado siempre, usted escribía precisamente que
S. E. encontraba cierta dificultad para nuestro
establecimiento
(**Es13.848**))
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