((**Es13.82**)
las dos charlas tenidas separadamente con los
alumnos y con los novicios caben aquí para
completar todo un ciclo de normas concernientes a
la Congregación y a la casa madre en el momento
del año escolar elegido por don Bosco para un
acuerdo general sobre cómo dar a la marcha de las
casas un ritmo resuelto y constante, que durase
hasta septiembre. Habló a los alumnos estudiantes
y aprendices después de las oraciones de la noche
del 11 de febrero. Conviene saber que el día
antes, el Señor había llamado a sí al primero de
los <> del Oratorio, anunciados por
Domingo Savio. Se llamaba Esteban Mazzoglio; había
nacido en Lu y era alumno del cuarto curso del
bachillerato. Fue calificado de joven piadoso,
aplicado y ejemplar, desde su ingreso en el
Oratorio hasta la muerte. Habló, pues, de esta
manera:
((**It13.87**)) Por fin
nos encontramos hoy aquí todos juntos. Tenía yo
ansias de veros y hablaros y también vosotros
deseábais hablar conmigo. Y aquí me tenéis para
deciros dos palabras, únicamente para poder veros
a todos; y así todos vosotros podéis verme a mí,
íaunque las luces son algo flojas! Hace ya mucho
que no nos hemos hablado, y sucedieron muchas
cosas durante este intervalo. Algunos de vosotros
no me conocían. Hay alumnos nuevos que dicen:
-íTodavía no hemos podido ver a don Bosco!
Y ahora que me véis; >>estáis contentos?
He estado en Roma y durante el tiempo que he
permanecido lejos de vosotros, he tratado muchas
cosas importantes, siempre en favor del Oratorio.
íSe conoce que habéis rezado mucho por vuestro
padre y que sois muy buenos! En efecto, digámoslo
aquí entre nosotros, sin que nadie nos oiga: todas
las cosas que he tratado, han resultado bien. De
Roma fui a Ariccia, donde tenemos una casa, en la
que se han hecho muchas cosas. De Ariccia pasé a
Albano, donde se ha abierto otra casa, y allá se
ha arreglado todo. Fui después a Magliano, donde
se ha abierto una tercera casa y allí se trazaron
diversos planes para un próspero porvenir. Después
volví a Roma, donde se ha aceptado y abierto una
cuarta casa, se ha terminado el asunto de los
conceptinos y se aceptaron las propuestas.
El Sumo Pontífice es todo para nosotros, nos ha
dado bendiciones especiales y nos ha hecho un
hermoso regalo, sin contar otros donativos que
todavía nos prepara.
Ahora, pasando a otra cosa, os diré que hemos
perdido a un hermano nuestro, a Mazzoglio; ayer, a
las cuatro de la mañana, exhalaba el último
suspiro y esta mañana le hemos enterrado. Era un
buen muchacho y sin duda estaba preparado. Dicen
sus compañeros que el primer domingo comulgó; se
acostó el lunes por la noche para no levantarse
más. Como la enfermedad se agravó de repente, se
llamó enseguida al padre Cappelletti, que acudió
al momento. Pero el muchacho no estaba ya en
condiciones para confesarse y al poco tiempo
expiró.
Decidme, amigos míos: si Mazzoglio hubiese
esperado a hacer su confesión general para Pascua,
por ejemplo, >>cuál hubiera sido su suerte? Sin
duda habría motivo para dudar. Dichoso él que
estaba preparado, como esperamos. Este suceso debe
servir de lección porque, cuando menos lo
esperamos, puede sorprendernos la muerte. Si nos
ocurriese a nosotros lo mismo >>nos encontraríamos
preparados? Alguno de vosotros anda susurrando:
-Podría darse que pronto muera otro de nosotros:
por aquí corre(**Es13.82**))
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