((**Es13.803**)
de Tarso, que fue Internuncio en Río de Janeiro.
Habita en una parte del palacio de la Condesa de
Sarmiento, santa señora. La casa está en la rua
das Quelhas, número treinta y seis.
En Lisboa se debe hablar a la Condesa de Río
Mayor (óptima señora como la Condesa de
Sarmiento). Por medio de éstas se conocerán muchas
otras señoras y señores de bonísima voluntad.
Venga usted o don Juan Cagliero. El invierno es
aquí muy suave y, por tanto, pueden venir dentro
de poco: solamente el mar no será tan bueno en el
invierno. La distancia de Turín a Lisboa, no es
tan grande. Lisboa será un punto de descanso para
los Salesianos que irán a Río de Janeiro y al Río
de la Plata.
Un pensamiento: me parece que los Salesianos de
Río de Janeiro y de la Plata no deben ocuparse
antes en Portugal. Hay que venir, ver, hablar y
después decir sí o no. Hay dificultades que,
solamente vistas, pueden resolverse. Y aquí todo
podrá decidirse en cinco días o en una semana.
Debo advertir que desgraciadamente sucede que
los sacerdotes, si llevan sotana, son
insultados... aunque la llevan siempre los
Lazaristas y los Dominicos Irlandeses (sotana y no
el hábito de la orden). Lo he dicho todo, el resto
lo dejo a don Bosco y a Dios. Res Dei agitur (es
cosa de Dios).
No sé si V. R. podrá leer esta mi pobre carta,
tan mal escrita; pero >>qué hacer? Me falta tiempo
para corregirla y (me parece) que las correcciones
necesitarían nuevas correcciones in infinitum.
Pido una gracia y es que V. R. me responda. En
Río de Janeiro espero la respuesta. Y plazca a
Dios que V. R. me diga: consummatum est. Esto es:
los Salesianos ya están en Lisboa.
En todo caso me parece haber hecho algo bueno:
>>qué me dice usted? Esta carta es reservada, esto
es, no debe ser impresa de ningún modo.
Me encomiendo a todos los del Oratorio de
Turín, Lanzo y Valsálice.
Una oración a Dios por mí
Lisboa, 23 de noviembre de 1877.
Afmo. y s. s.
>>
PEDRO MARIA DE LACERDA
Obispo de Río de Janeiro
Mis sacerdotes saludan a V. R. y a todos los
demás Salesianos.
((**It13.949**)) Había
ya cerrado esta carta, cuando tuve un pensamiento.
Me parece que todo lo que he dicho es una
imprudencia, porque nadie me ha encargado de
escribir a V. R. ni tampoco saben que lo haya
hecho tan deprisa. >>Y entonces por qué tanta
prisa, siendo tan dudosa la cosa para el porvenir?
Pero me falta corazón para romper la carta.
Porque:
1.° Esta carta es un pensamiento mío.
2.° Sirve para decirle que se piensa en los
Salesianos.
3.° Que, quizá, un día se haga una petición a
usted.
4.° Sirve para que V. R. me escriba y me diga
francamente su pensamiento y su sentimiento sobre
esta gran obra. Si usted me dice: -Todavía no es
su hora- yo no Perderé más tiempo, porque he dado
una demostración de afecto.
Ruegue por mí,
24 de noviembre de 1877. >>
PEDRO
El vapor llegó y saldré hoy mismo.
Obispo de Río de Janeiro
(**Es13.803**))
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