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Carta de monseñor Lacerda a don
Bosco
Muy querido don Bosco:
El día 8 de este mes llegué aquí, y, en vez de
proseguir el viaje, me quedé: hoy tenía que salir
para Río de Janeiro, pero el vapor no ha llegado
y, por tanto, sólo mañana podrá ser la partida.
No sé cómo resultará mi pobre italiano, pero
hay que escribir, decir disparates y
equivocaciones de la lengua, sin corrección,
porque me falta el tiempo 1. Magna res agitur (De
algo grande se trata), como V. R. va a ver.
Heme aquí en Lisboa, convertido en apóstol de
los Salesianos, o mejor y más humildemente dicho,
en amigo de los Salesianos y de los Portugueses.
((**It13.946**)) He
hablado aquí de usted, de sus hijos y de sus
establecimientos, y todos han demostrado su
alegría y bendicen a Dios, que reparte sus dones
prout vult. También he hecho ver que sería algo
grande y que reportaría mucho bien pedirle que
enviase aquí a algunos de los suyos.
Portugal es una gran nación católica, y de
Lisboa salían los Javier para la India, los
Anchietta y los Ignacios para Brasil y todos los
misioneros de los países de Asia y Africa.
íCuántos hombres y cuántos santos y doctos! Hoy
gime Portugal, como ha dicho el Papa, bajo la más
fiera masonería... El gobierno es masónico o no
puede hacer ningún gran bien, por oposición de los
francmasones. Los Obispos pueden hacer muy poco,
porque algunos tienen miedo, otros están atados, y
la buena voluntad episcopal encuentra serias
dificultades. El pueblo está corrompido en las
ciudades de Lisboa y de Oporto, al menos en gran
parte, y, aunque muchos tienen buen corazón y fe,
están abandonados. El clero... Hay en él buenos
sacerdotes, pero algunos tienen miedo y ni
siquiera llevan sotana, otros se ven envueltos en
serios enredos, otros son malos, y algunos han
apostatado y se han hecho protestantes. La antigua
nobleza es buena, óptima, cristiana, recibe los
sacramentos y lleva una vida devota.
La antigua nobleza, algunos sacerdotes y muchos
señores se esfuerzan admirablemente para hacer el
bien, y lo hacen. Más aún, algunas obras
religiosas, a título particular, tienen colegios,
dan misiones, y, pese a tantos obstáculos, hacen
maravillas. En Portugal hay jesuitas,
franciscanos, benedictinos, lazaristas, hermanas
de la caridad, monjas terciarias (como las de
santo Domingo, san Francisco de Asís, san
Francisco de Sales, etc. ). Hay asociaciones para
algunas obras santas. Gracias a Dios, todavía hay
fe activa y santamente productiva de frutos de
vida eterna.
Existen todavía escuelas a cargo de algunas
asociaciones, principalmente de damas nobles.
Hay todavía muchísimos conventos antiguos
desiertos, que el Gobierno vende, y que algunos
católicos han comprado con la debida licencia y
permiso apostólico.
El protestantismo hace grandes esfuerzos para
destruir totalmente la antigua fe; y así los
protestantes abren escuelas, y realizan grandes
esfuerzos para obtener la apostasía de los
sacerdotes, algunos de los cuales han apostatado y
abierto escuelas.
Hay señores y señoras que han hecho y hacen
grandes esfuerzos para conservar la fe, abrir
escuelas y oponerse al protestantismo pero
ícuántas dificultades, cuántos gastos!
1 En el original italiano se conservan los
errores ortográficos.
(**Es13.801**))
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