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((**Es13.770**) encontró que la finalidad del Instituto era muy laudable bajo todos los aspectos, pero que, precisamente por falta de noviciado, de profesión religiosa y de vida común, no podía existir aquel vínculo, y aquella unidad de espíritu, sin la cual las congregaciones religiosas difícilmente llegan a alcanzar el fin propuesto. Los Conceptinos, además, queriendo conservar absolutamente, según decían, su autonomía y su independencia, hacían difícil la proyectada reforma. Para no fallar en el principio se pensó proponer a V. S. una visita apostólica y así ((**It13.910**)) estudiar prácticamente cuanto habríase debido hacer para la mayor gloria de Dios. En consecuencia, con decreto de febrero de 1877, se proveía temporalmente a los Conceptinos, constituyendo al Rvdo. Juan Bosco Visitador apostólico de lo espiritual y a S. E. monseñor Luis Fiorani, comendador del Santo Espíritu, Visitador apostólico de lo material, quien estaba bien informado de la administración material y de las vicisitudes a las que ella está sujeta. Resultados obtenidos El humilde exponente no pudiendo permanecer constantemente entre los Conceptinos, con agrado de V. S. y del mismo monseñor Fiorani, designaba al reverendo José Scappini, de la Congregación Salesiana, con ejercicio del sagrado ministerio y conocedor de las comunidades religiosas. Con cariño, con firmeza, con asistencia, con instrucciones y catequesis, pudo restablecer normalmente la meditación, la lectura espiritual, las visitas al Santísimo Sacramento, la frecuente confesión y comunión. Mientras se iba procurando la observancia religiosa, no pocos hermanos Conceptinos, descubriendo dudosa su vocación, juzgaron que era mejor alejarse del Instituto, dado que lo podían hacer libremente, por no estar obligados con ningún vínculo religioso. Así, su número, que llegaba casi a setenta, en pocos meses se redujo a unos treinta. Pero, ni siquiera con esto se pudo establecer la deseada unidad de disciplina y observancia religiosa. Causas Son muchas las causas que impidieron una estable organización de los Conceptinos. Me parece que pueden resumirse así: 1.° La falta de un noviciado organizado, en el que todo religioso sea instruido en los propios deberes y pruebe si tiene virtud y fuerza moral y también física para cumplirlo, y esto precisamente antes de ir a los hospitales, como estaba ya ordenado en dicho rescripto del 17 de noviembre de 1876. Esto no se pudo efectuar hasta ahora, por el número insuficiente de elementos para el gran trabajo que han de sostener, especialmente en el hospital del Santo Espíritu. 2.° Ellos están persuadidos de que son capaces de gobernarse por sí mismos, pero carecen de instrucción y de la indispensable práctica de gobierno de una sociedad religiosa. 3.° La multitud de superiores que dan órdenes diversas, y a veces contrarias, hacen, como a menudo sucede, que se deban transgredir las órdenes de uno para cumplir las de otro. Esto sucede especialmente en el hospital del Santo Espíritu. 4.° Ninguno de los actuales hermanos está ligado por votos y no se les ve en situación de emitirlos, de donde nace la indiferencia con la que algunos, ante una contrariedad, ante un disgusto, llegan a ((**It13.911**)) reñir entre sí, sin ser muy raro el caso en que se amenazan, responden al mismo Superior, se alejan voluntariamente del Instituto, o hacen que sean despachados por los mismos Superiores. (**Es13.770**))
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