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((**Es13.761**) sacerdote, y oírse llamar por su nombre inmediatamente después de su ingreso, con todo lo demás que hemos narrado. Terminada la confesión, se retiró a un rincón de la sacristía, se arrodilló y con las manos a la espalda, ((**It13.896**)) se estaba allí sorprendido, contemplando a aquel misterioso confesor que le había descubierto todos sus secretos. Decía entre sí: ->>Quién es este sacerdote, que me conoce tan bien? >>Será de mi pueblo? íPero yo no le he visto nunca en Grana! Entonces >>cómo puede conocerme así? Pensaba en la confesión, pensaba en las hermosas palabras oídas, y no sabía moverse de aquel lugar entre maravillado y conmovido. Al día siguiente estaba en el patio y vio que todos los muchachos corrían hacia un sacerdote que avanzaba. Acudió también él. Precisamente era el de la confesión. Cuando estuvo junto a él, oyó que decía a un muchacho: -Quiero hacerte cocer. Después volviéndose a él, añadió: -También quiero hacer cocer aquí a Garrone. -Pero >>cómo puede ser esto?, cavilaba para sí Garrone. >>Quién es este cura que me llama por mi nombre, que sabe todo lo mío y que quiere hacerme cocer? Y, sin más, le preguntó: -Dígame, >>usted es de mi pueblo? -Yo no, respondió el sacerdote. >>Tú me conoces? -No, yo no le he visto nunca. Y dicho esto, preguntó al de al lado quién era aquel cura. -Es don Bosco, el director del Oratorio... -Sí, soy don Bosco, replicó el sacerdote sonriendo. -Pero >>no es usted quien me mandó la carta de admisión? -Así hablaba yo, explicó don Evasio Garrone a Lemoyne, porque era un joven de modales vulgares y no sabía lo que me decía. A partir de aquel momento, sin embargo, sentí una profunda veneración por don Bosco. No tardó en trabar conocimiento con algunos jóvenes de la <>. Don Joaquín Berto, de allí a poco, le incluyó también en el número de los de la compañía. Un día le vio don Bosco regando las flores y le dijo: -íMuy bien! Déjame actuar a mí y yo te haré mi jardinero. -Don Bosco, pero yo quiero hacerme sacerdote, le respondió. -íEs verdad! íY también misionero! Garrone, que no quería hacerse salesiano, se calló por miedo ((**It13.897**)) a (**Es13.761**))
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