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estamos como el que navega en medio de los
escollos sobre una frágil barca. Hay que mirar
bien alrededor para no naufragar... Se trata de
defendernos; es, por tanto, necesario ver bien los
peligros, examinar la naturaleza del terreno,
observar qué armas emplea quien se nos pone
enfrente...
La segunda conversación de noviembre tocó
diversos puntos de régimen interno. Después de
comer, dijo don Bosco a los que estaban con él,
que urgía resolver cada vez mejor los vínculos de
unión entre el Oratorio y cada una de las casas.
-Temo, ((**It13.885**)) dijo,
que estos vínculos se vayan aflojando. Mientras
sean directores de los colegios los que se
educaron con el mismo don Bosco, las cosas irán
bien; pero, al comenzar a ser directores
individuos que estuvieron poco tiempo al lado de
don Bosco, se corre el peligro de ver mermadas las
relaciones tan cordiales entre unos y otros. Es
preciso que el Capítulo Superior quede libre de
los quehaceres particulares del Oratorio y se
ocupe activamente de todos los colegios. Conviene
que los miembros del Capítulo tengan los
secretarios que necesiten para atender con
solicitud la correspondencia. La sobrecarga de
ocupaciones y la escasez de personal ocasionan que
se queden sin respuesta preguntas hechas desde los
colegios. Esto produce no sólo inconvenientes,
sino también frialdades. Además, será necesario
también nombrar visitadores, que observen
detalladamente, cómo funciona cada casa, de manera
que puedan tomarse las medidas oportunas. Mirad:
si no existe correspondencia personal o escrita,
con el tiempo habrá discordias. Hasta ahora se ha
ido tan a la buena, que, continuando a este paso,
un director que quisiera crear un cisma, casi
podría realizarlo. Sin embargo, al día de hoy no
puede suceder esto, en razón del afecto que todos
profesan a don Bosco.
Había entonces en el aire un argumento difícil.
Veremos, en el próximo volumen, las persecuciones
comenzadas este año por parte de la autoridad
escolástica, por falta de los títulos legales de
enseñanza. Allá va la lengua donde duele la muela:
la conversación se detuvo allí y, a lo que parece,
fue larga. Como migajas de lo dicho son los
siguientes apuntes:
-Hasta ahora, intervino don Bosco, nuestros
colegios han ido adelante pasando, casi diría, sin
mojarnos entre el agua. Hemos mantenido, hasta
donde se pudo, la legalidad y de un modo o de
otro, nos las hemos arreglado; pero ahora se ha
declarado la guerra. Querrían que se cerrasen
todos los colegios sostenidos por los Obispos y
por los religiosos; miran todavía más
maliciosamente ((**It13.886**)) sobre
nosotros: es preciso que estemos prevenidos a
tiempo. Además, todos los años hay nuevos
(**Es13.752**))
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