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que mantuviera en las escuelas municipales al
salesiano y a las hermanas. Don Bosco se avino a
su deseo. Tendría todavía mucho que deciros sobre
las virtudes de las hermanas, sobre las
mortificaciones que hacen, pero no es necesario;
nos traen el recuerdo de los antiguos monjes de la
Tebaida y otros desiertos.
Y ahora pasemos a nosotros. Nos queda por
hablar de Turín, de nuestra Casa Madre. El
Oratorio marcha viento en popa. No quiero decir
esto para nuestra gloria: demos de ello gracias a
Dios. Este año se atendieron mucho en la sección
de estudiantes las compañías de San Luis, del
Santísimo Sacramento y de la Inmaculada
Concepción. También es digna de mención la manera
con que se celebran las sagradas funciones. El
clero infantil fue numeroso y sirvió con decoro
las sagradas ceremonias.
Esto hizo mucho bien. Eran muchos los que venían
expresamente a nuestra iglesia para verlos y
quedaban edificados de su comportamiento; a los
muchachos les animó también a abrazar el estado
eclesiástico.
Fue muy crecido este año el número de los que
tomaron la sotana, aun cuando no era muy numeroso
el quinto curso de bachillerato, pero se
manifestaron tantas vocaciones, que ((**It13.77**)) se
seleccionaron también alumnos de otros cursos y
especialmente de la Obra de María Auxiliadora.
Llegaron casi a ochenta.
Los aprendices sufrieron este año dos grandes
pérdidas; la de su director, don César Chiala, y
la de su asistente principal, el clérigo
Piacentino. Cesaron de vivir, pero no cesó el
fruto de sus obras. Los aprendices perseveraron en
el fervor que les inspiraron aquellos Superiores,
y esperamos que con los nuevos catequistas y los
nuevos asistentes irán de bien en mejor. Florecen
entre ellos las Compañías de la Inmaculada y de
San José, ademas de las conferencias particulares
que se tienen con los aspirantes.
Los novicios de la casa crecen en número y este
año proceden en todo con mas regularidad. Ya antes
estaban separados de los demás en el dormitorio,
en el salón de estudio y en el patio; ahora
también lo están en el comedor. Son ciento
cuarenta, sin contar los dos de Niza y algunos que
fueron a América. Don Julio Barberis, su maestro,
me ha dicho que reciben frecuentemente los
sacramentos y esta muy satisfecho de ellos, aunque
se puede desear mas.
El Oratorio de los externos es muy frecuentado,
ordenado y numeroso. Nuestras hermanas, las Hijas
de María Auxiliadora, abrieron también un Oratorio
para las chicas y son tantas las que acuden que ya
no hay sitio suficiente en la capilla y habra que
agrandarla. Antes de que viniesen las hermanas se
veían continuamente por estos prados muchísimas
niñas y ahora ya no se ve ninguna. Los chicos van
a un lado y ellas a otro.
Nuestra Congregación progresa, pues,
maravillosamente de día en día, de suerte que nos
demuestra con evidencia que esta protegida por
Dios. En las persecuciones y tribulaciones
adquiere siempre mayor desarrollo. Aumentan los
socios, tanto profesos perpetuos como trienales, y
especialmente los novicios. Hay mayor regularidad
espiritual y temporal. El número de jóvenes que
sale de la Congregación es muy inferior al de
otros años, lo mismo con relación a los novicios y
profesos trienales, ya que, con respecto a los
perpetuos, gracias a Dios, no ha salido todavía
ninguno desde que se fundó la Congregación y
esperamos que no los habra jamas.
Concluyendo os diré: demos gracias a Dios y
hagamos lo posible para corresponder con el
fervor, con nuestra conducta, con el cumplimiento
exacto de las reglas a la particular protección de
María Santísima Auxiliadora con nosotros. Se puede
decir que el Señor lleva en sus brazos a la
Congregación y le presta todas las ayudas
necesarias para que prospere.(**Es13.74**))
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